La comisión de Hacienda del Ayuntamiento de Zaragoza, en la que se aprobaron inicialmente los presupuestos del 2020, se prolongó durante casi cinco horas. Un tiempo -excesivo- que dio para despistes, enfados, acusaciones e incluso risas.

Por partes. Votar más de 400 enmiendas no es sencillo y no es de extrañar que el portavoz de Vox, Julio Calvo, se liase a la hora de dar el sí quiero. Cosas del directo que supo salvar, no sin antes pedir disculpas. Ante todo, las formas.

Peor lo pasó la concejala de Podemos, Amparo Bella, que votó a favor de todas las enmiendas de Vox -sí, sí, lo hizo Podemos-. Lo cierto es que no era consciente de que estaba haciéndolo porque creía que daba su beneplácito a las de PSOE y ZeC. Aunque lo intentó, ya no pudo rectificar su voto.

Ser capaz de sonrojar a Calvo y de arrancar risas y carcajadas en un debate bronco es complicado.

Pues el concejal de ZeC, Alberto Cubero, lo logró. Y de qué manera, porque invitó a Calvo a que se «explorase» sexualmente. Lo hizo después de que el portavoz de Vox criticase los cursos de sexualización o mindfulnes a cargo del consistorio. «Me da pereza mental explicarle que las mujeres disfrutan de su sexualidad. Le recomiendo que se explore», le dijo entre risas.

También llamó la atención la presencia de la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, que no acostumbra a acudir a las comisiones y que solo recibió dardos desde la presidencia de la comisión. La titular de Hacienda, María Navarro, aprovechó para acusarle de hacer seguidismo de Cubero (el de la risas) y de intentar montar un «circo» invitando a las entidades a presenciar la comisión cuando, aseguró, el reglamento no lo permite. Alegría, eso sí, se ausentó tras el receso previo a las votaciones de las enmiendas.