Los embalses de la cuenca del Ebro registran las mejores cifras de agua almacenada de los últimos seis años, cuando falta apenas un mes para que concluya el año hidrológico 2003-2004. Los 4.088 hectómetros cúbicos guardados en estas infraestructuras de regulación no sólo suponen la mayor cantidad de los seis ejercicios, sino que también están por encima de la media del periodo 1999-2003, que fue de 3.681.

Un año hidrológico (o hidrometeorológico) comienza el 1 de octubre de un ejercicio y termina el 30 de septiembre del siguiente. Así, el actual (2003-2004) se cerrará el próximo mes. A fecha de ayer, resueltas ya las campañas de riego que más agua demandan, se han saltado las marcas de la temporada pasada. Los embalses de la cuenca estaban al 62,9% de su capacidad (almacenaban 4.088 de los 6.504 hectómetros cúbicos que pueden retener en total). En la misma semana del 2003 (a fecha 1 de septiembre), la cifra era del 54,6% (3.550 hectómetros cúbicos).

No es sólo eso. Es que el citado porcentaje del 62,9% es el más alto de los últimos seis años, que pueden conocerse mediante consulta directa en la página web de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). En el 2002, la cifra fue del 50%, algo más baja que la del 2001 (59%) y que la del 2000 (56,5%). Al acabar agosto de 1999, la cantidad de agua almacenada fue del 54,1%.

Los 4.088 hectómetros cúbicos que hay ahora en los embalses superan, igualmente, el promedio del periodo 1999-2003, que fue de 3.681 hectómetros cúbicos (el 56,5%).

LAS PRESAS MAS LLENAS El pantano de Ribarroja, ya en Cataluña, es uno de los que mejor comportamiento registran, pues está al 99% de su capacidad (le caben 210 hectómetros cúbicos). Mequinenza almacena el 73% de los más de 1.500 hectómetros cúbicos que puede acoger y La Tranquera está al 72%.

Otros embalses grandes, ubicados en Aragón, como El Grado, Mediano, Yesa o La Sotonera oscilan entre el 83% del primero y el 31% del último. La abundancia de precipitaciones de lluvia y nieve a principios de año ha permitido distribuir bien las reservas y mantener las presas en buenos porcentajes cuando ya ha transcurrido más de la mitad del verano. A diferencia de años anteriores, en éste no se han registrado problemas acuciantes entre los regantes, que son el mejor termómetro para detectar restricciones.

Como ejemplo, baste decir que Yesa (una infraestructura que suele dar problemas a las comunidades de riego de Bardenas en buena parte de las campañas) estaba ayer al 35% de su capacidad, una cifra bastante alejada del 20% del año 2001.