Cómo se relacionan el cuerpo, el territorio y la ciudadanía? Le pregunta June Fernández a Nicole Santamaría, salvadoreña, intersexual, arteterapeuta y activista pro los Derechos Humanos. Y esta pregunta atraviesa su libro de perfiles 10 ingobernables. Historias de transgresión y rebeldía. Porque si bien las cuestiones de género son inspiración, y estructuran todas estas historias y relatos, todas estas personas son parte de un territorio. Son cuerpos habitados que crean rincones de supervivencia, al tiempo que rompen con cercos establecidos; además de feministas, de activistas, de transexuales, gays, lesbianas, intersexuales, son ciudadanía.

Son muchas cosas, como cualquiera. Y tienen una vida que contar. El libro de esta feminista, directora de Píkara Magazine, transita con inteligencia por la diversidad de capas sociales, políticas, y de género que atraviesan cualquier territorialidad. Nos sumerge en las vivencias trasgresoras de gente que, como señala en el prólogo, "prefiere complicarse la vida que asfixiarse en el estrecho y absurdo modelo de normalidad".

10 ingobernables retrata cuerpos y comunidades carcelados en sexualidades impuestas, limitados por formas de conducta y sociabilidades codificadas como le sucede a Irina Layeuska, a Antar, a Nicole Santamaría- A veces la periodista recurre a un guía para mostrarnos un entorno. Con Juanita o Juan Carlos recorremos Managua, una ciudad que no parece apta para peatonas. "Según un estudio del Observatorio contra el Acoso Callejero, en Managua, nueve de cada diez mujeres han sufrido algún tipo de acoso en la vía pública".

Juanita decidió volver a usar pantalones y a cortarse el pelo para evitar ese acoso insoportable. Este perfil Juanita sigue muy viva nos muestra las controversias y desajustes inevitables que surgen en el seno de cualquier comunidad, también en un sector LGTB, que no acepta la apariencia masculina de Juanita. "Muchas le han hecho sentir que ya no es una más, porque ha elegido los privilegios de vivir como un varón". También conocemos otras comunidades como la que forman el grupo de mujeres mayores del pueblo gallego de San Estevo de Novoa (Ribadavia) que juegan cada domingo a uno de los pocos juegos tradicionales femeninos que subsisten: la bugalliña, una mezcla entre petanca y canicas.

June retrata la violencia institucional y doméstica, las agresiones transfóbicas, homofóbicas, el acoso machista que puebla la sociedad y que atraviesan tanto a una indígena mexicana como Sebastiana, como a un gay bilbaíno como Julián, el ajero.

Si tengo que quedarme con una de estas historias de rebeldía, me seduce especialmente El velo de Jasmín. La periodista nos introduce en La Habana de la mano de esta singular activista y bloguera. El escepticismo y entusiasmo de Yasmín es el de la propia Cuba.