La Cueva de Caco, un monumento natural de gran interés para el que existe un proyecto de recuperación en el que están colaborando la DPZ y la Comarca de Tarazona y el Moncayo, reforzará su seguridad para consolidar su papel de anfiteatro natural. Este enclave se encuentra en un frente rocoso que sirve de abrigo al núcleo urbano de Los Fayos y que se desarrolla en la estrecha franja en pendiente que separa el escarpe del cauce del río Queiles. Es la oquedad más espectacular de un conjunto de cuevas naturales producidas por erosión.

Aunque escasea la documentación histórica, sí queda claro que su origen es muy remoto. Hay evidencias de que pudo estar integrada en un gran castillo medieval y también se tienen noticias de su uso como eremitorio y, en sus últimos tiempos, como almacén y graneros. Pero lo que es seguro es que su gran tamaño y localización, encima de las casas, proyecta una singular imagen. Aunque su verdadero interés está en el interior donde pueden percibirse unos encuadres visuales sorprendentes.

La institución provincial ha destinado 50.000 euros a este curioso espacio para realizar diversas actuaciones de seguridad y protección para su acondicionamiento, tal y como conoció ayer de primera mano el presidente de la DPZ, Luis María Beamonte. Estos trabajos han consistido en el saneado de taludes y escarpes y en la instalación de mallas para evitar desprendimientos. Más accesibilidad y seguridad.