La historia del castillo de Caspe está estrechamente ligada a la Orden de San Juan de Jerusalén (los Hospitalarios), que se asentaron en la localidad en el año 1193; y más concretamente, a la egregia figura del Gran Maestre Juan Fernández de Heredia, fundador del Convento de los San Juanistas. En el siglo XIX, y sin los Hospitalarios ya en Caspe, las sucesivas guerras carlistas determinan la adaptación del castillo a las nuevas necesidades de defensa, alterándose su estructura medieval. Desde ahí hasta ahora, nada positivo en torno a una edificación de leyenda: ruina, expolio, incendios y otros desastres.