Una cuidadora de menores en un piso tutelado de la DGA tuvo que ser atendida en la tarde del sábado en el Hospital Provincial de Zaragoza de las heridas que, presuntamente, le produjo un menor no acompañado (mena en lenguaje administrativo) que posteriormente se dio a la fuga.

Los hechos ocurrieron en una vivienda del barrio de Oliver cuando uno de los menores la agarró y la zarandeó, mientras que otros jóvenes que se hallaban en el piso salían en ayuda de la cuidadora.

Una patrulla de la Policía Local se personó en el lugar de los hechos tras una llamada al 092 y trasladó a la educadora al Hospital Provincial, donde fue atendida de varias contusiones y arañazos que no revestían gravedad.

Los agentes de la dotación permanecieron con la cuidadora mientras recibía asistencia médica y a continuación la acompañaron a una comisaría de policía para que interpusiera la correspondiente denuncia.

El suceso fue comunicado de inmediato a la Policía Nacional, que se hizo cargo del caso y detuvo posteriormente al supuesto autor de la agresión, que al parecer es un joven tutelado por el Gobierno de Aragón en su condición de inmigrante que habría llegado a España sin sus progenitores.

NÚMERO CRECIENTE

Los hechos ocurrieron, por motivos que se desconocen y se están investigando, en un piso tutelado existente en la calle Alejandro Oliván.

Las patrullas de la Policía Local y Nacional que se hallaban de servicio cuando ocurrió la agresión recibieron fotos del presunto autor del hecho, lo que facilitó su identificación y detención.

Tras su localización, la Diputación General de Aragón volvió a hacerse cargo del menor, que es objeto de una especial protección en razón de su edad y su origen.

El número de menas ha experimentado un fuerte crecimiento en la España peninsular y en Canarias a raíz del aumento del tráfico ilegal de personas en el Mediterráneo.

Esta situación ha llevado a las autoridades españoles a abrir nuevos centros especiales de acogida donde atender a estos inmigrantes que llegan a la costa sin sus padres y, muy a menudo, sin una documentación que permita determinar su nacionalidad y otros datos personales.

En ocasiones, la apertura de nuevos centros de acogida para estos menores no acompañados genera cierta contestación social por parte de los residentes en los lugares elegidos.