Técnicos del Departamento de Cultura, Educación y Deporte de la DGA están estudiando el estado de conservación de los restos arqueológicos, datados en la transición de la época romana a la alta edad media, puestos al descubierto en Caspe por la mayor sequía del último siglo y medio, que ha situado la cota del pantano de Mequinenza en el nivel más bajo de su historia.

Según consta en una respuesta de la consejera de Cultura, Eva Almunia, a la diputada de CHA Nieves Ibeas, "si del informe correspondiente se deduce la necesidad y viabilidad de adoptar otras medidas de protección se efectuarán las intervenciones necesarias".

En caso extremo, la conservación de los restos podría llegar a condicionar la explotación del pantano, el mayor de la cuenca del Ebro.

RESTOS OSEOS Según la información de la que dispone Cultura, las tumbas localizadas hace cuatro meses forman parte de una necrópolis relacionada con la villa romana de Miralpeix, cuyo mausoleo fue recuperado y trasladado a Caspe, en los jardines de cuya colegiata se expone.

Cinco de las tumbas fueron construidas con lajas de arenisca y algunas de ellas todavía conservan restos óseos en su interior, según han podido comprobar los arqueólogos encargados de su estudio.

Aunque su existencia lleva décadas documentada, ha permanecido sumergida desde la entrada en servicio del pantano. En la zona se encuentran, además de la villa romana, una necrópolis de las épocas tardorromana y visigótica y un núcleo medieval, éste último posiblemente de origen islámico.

Inicialmente, Cultura considera que el estado de conservación del complejo "no plantea ahora problemas de envergadura".

Según las explicaciones de Almunia, su nivel de deterioro es "similar" al que puedan experimentar los demás yacimientos arqueológicos no excavados por el efecto de los agentes naturales.

Los restos, añade, "no están expuestos a mayores riesgos que los derivados del proceso erosivo cuando se quedan expuestos al aire libre". No obstante, reconoce que están más expuestos a los elementos "si coinciden con la zona de batido de la superficie del agua".

Por otro lado, informa la consejera, los técnicos de su departamento están aprovechando el bajo nivel del agua, documentando y cartografiando los restos, al tiempo que están efectuando sondeos para "fijar su cronología con mayor precisión".

ANTIGUO ASENTAMIENTO La concejal caspolina Prado Murillo señaló que la Administración debería intervenir en la zona e inventariar los restos. "Aunque el terreno es propiedad de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Cultura debería decir algo", defendió.

Según indicó la responsable municipal, "está claro que hubo un asentamiento romano importante en la zona, porque han aparecido muchos restos de esa época".