Hana Jalloul nació en Zaragoza en 1978. Su madre, oriunda del mítico Lacort, cuyos vecinos se vieron obligados a abandonar sus casas por el proyecto del embalse de Jánovas. El padre de Jalloul es un libanés que estudió en Zaragoza la carrera de_Medicina. En la capital aragonesa se conocieron. Hana desarrolló una brillante carrera en Madrid como experta en estudios sobre terrorismo internacional y desde hace un año es la secretaria de Estado de Migraciones. Por su origen paterno recibe a diarios insultos machistas y racistas en las redes sociales. Esta semana estalló y lo denunció en Twitter. «Me siento orgullosa de mis raíces y del país que me vio nacer, mi país: España. También de la unión de culturas que tengo el privilegio de encarnar y que me define como ser humano. Creo en una España inclusiva y solidaria. Y trabajo por ella cada día», señalaba en su cuenta. Su reacción provocó un aluvión de mensajes de apoyo.

-Ante los ataques racistas que recibe, escribió: «En mi infancia, tuve que contar este relato muchas veces. En la España de entonces mi historia no era tan habitual como lo es hoy, pero el odio no arraiga en el corazón de un niño. El odio es patrimonio de los adultos, y algunos lo esparcen con saña en las redes». Denunciar públicamente este acoso fue una reacción espontánea o premeditada?

-Fue algo pensado. Estoy cansada de recibir comentarios muy ofensivos por mis orígenes y la continua estereotipación que se hace de las personas por su raza o su condición. Hay que denunciarlo, hay que decir que ya basta. Creo que es bueno hacerlo, sobre todo porque hay muchas personas que también sufren estos ataques y no tienen el altavoz que puede tener una persona con un perfil público como el mío para defenderse.

-¿Crece el racismo en España?

-España es un país de gran diversidad, con personas de orígenes variados y somos un país solidario y generoso, en el que las personas que atacan a otras no son la mayoría. Estoy muy agradecida por la reacción que ha provocado mi denuncia en internet, no he parado de recibir mensajes cariñosos de apoyo. Esta es la realidad de este país, en la que estas actitudes y los discursos de odio son crecientes y preocupantes pero no generalizados.

-Pero asistimos a diario a un discurso racista que ha llegado incluso a los Parlamentos. Hace pocos años era algo impensable...

Es cierto que es un fenómeno preocupante y que son mensajes que calan. También es cierto que muchas cosas que hoy se oyen en los Parlamentos no se oían hace pocos años. Son discursos profundamente irresponsables que atentan contra la riqueza y la diversidad de nuestro país y solo buscan generar confusión. Yo soy una mujer española muy orgullosa de sus raíces aragonesas y libanesas que se dedica a trabajar para construir un país inclusivo y que asume la diversidad. Soy la primera mujer de origen árabe en un alto cargo de España y me dedico a trabajar en las políticas inclusivas y defender esa diversidad para combatir esos discursos irresponsables, trabajar con las personas migrantes y garantizar la estabilidad social, nunca desde el conflicto. En Europa es algo normal ver a alcaldes u otros cargos públicos con orígenes de otros países. Aquí tiene que empezar a verse con naturalidad.

-¿Cómo se puede combatir los bulos y las fake news que responsabilizan al inmigrante de muchos de los problemas?

-Hablando con datos y con gestión. Nosotros damos datos que contradicen y combaten esos bulos. Trabajo con el ministro José Luis Escrivá, una persona rigurosa y que proviene de la Airef, un órgano acostumbrado a los datos. Son lo que son, y no admiten manipulaciones interesadas. A veces se da un tratamiento negativo de las personas migrantes y no se destacan muchos aspectos positivos. ¿Por qué no se destaca que, por ejemplo, dos hijos de inmigrantes turcos han sido fundamentales en el desarrollo de la vacuna contra el covid? Si no se hace es por una decisión interesada.

-¿Qué está haciendo su Secretaría de Estado para evitar que en esta próxima temporada frutícola se puedan producir nuevos problemas en Aragón u otras provincias y garantizar las condiciones laborales y sanitarias de muchos inmigrantes que vienen a trabajar en el campo?

-Estamos trabajando coordinadamente con el Ministerio de Agricultura y hemos hablado con las comunidades autónomas. Es un problema laboral que no solo afecta a personas de terceros países, ya que también hay mucha mano de obra de países comunitarios. Creo que el año pasado se hizo bien, ofreciendo programas de contratación para trabajadores en el campo con terceros países y participando junto con el Ministerio de Agricultura en un Real Decreto que, entre otras medidas, permitió a los jóvenes de entre 18 y 21 años de terceros países que estaban en situación regular ampliar sus contratos o facilitarles permisos de trabajo para incorporarse al campo. Los programas implantados han sido un éxito.

-En su denuncia en Twitter destacaba especialmente que tenía «alma aragonesa». ¿Sigue manteniendo esos vínculos?

Es que soy muy aragonesa. Mis padres se conocieron en Zaragoza y en esa ciudad nací y me crié en Sabiñánigo. Voy a Zaragoza y Sabiñánigo siempre que puedo. Mi abuela materna era de Lacort, y mi madre fue la última maestra de Jánovas. Es una zona que obviamente me toca muy de cerca. Voy con frecuencia a casa de mi tía en Sabiñánigo y todo lo de la tierra me resulta muy cercano. Por lo tanto, igual que estoy orgullosa de mi sangre libanesa, presumo de mi sangre aragonesa.