PROFESION PROFESOR EMERITO DE CIENCIA POLITICA EN LA UNIV. DE UCLA (EEUU). FUNDADOR DE TERRORISM AND POLITICAL VIOLENCE, LA REVISTA MAS PRESTIGIOSA EN LA MATERIA. AUTOR DE VARIOS LIBROS SOBRE TERRORISMO.

--¿El 11-M y el 11-S han cambiado la actitud de los gobiernos a los que se acusaba de apoyar a Al Qaeda, como Siria o Sudán?

--Tras la invasión de Afganistán, donde Al Qaeda podía actuar libremente, no se ha constatado el apoyo expreso de ningún gobierno. Antes del 11-S, Al Qaeda perdió respaldos. Esa fue una de las causas del ataque.

--Pero la red sigue recibiendo ayudas desde distintos sectores poderosos de estos estados...

--Sí, a través de organizaciones caritativas o de algunas mezquitas. Quizás secretamente se permitan determinadas acciones, pero no hay un respaldo público y eso limita mucho su labor.

--El Gobierno español ha planteado tener un control sobre los discursos que se pronuncian en las mezquitas. ¿Qué opinión le merece esa medida?

--No conozco la situación de España en profundidad, pero sería muy peligroso. En Estados Unidos se observa la actitud de los imanes, pero no se supervisan sus mensajes. Es lo único que ha hecho bien la Administración Bush. La sociedad podría entender que los musulmanes son sus enemigos.

--¿Los atentados se han aprovechado para actuar sin límites contra Al Qaeda?

--El problema de los atentados es que, si se repiten, pueden provocar una respuesta excesiva por parte de los gobiernos afectados, que podrían creerse con derecho a obrar con carta blanca. El desarrollo de unos servicios de inteligencia es clave, pero la Historia muestra que la relación de las autoridades policiales con los terroristas ha estado salpicada por las torturas. Irak y Guantánamo han sido dos respuestas indiscriminadas. Además, infiltrarse en las redes ha provocado ataques que de otra forma nunca hubieran ocurrido.

--¿Ve una final a corto plazo para el terrorismo islámico?

--Podría concluir hacia el 2020, pero seguro que después habrá una nueva etapa. La democracia no acaba con el terrorismo religioso. Por eso, hay que crear lazos de unión entre los pueblos occidentales y musulmanes.