La zaragozana Vanessa Murcia lleva seis años sin ver a su hija, a la que su padre se llevó a su Rumanía natal con apenas un año, y de la que tiene la custodia legal. Tras una larga batalla judicial, actualmente representada por el letrado Francisco Serrano, la mujer consiguió que el Juzgado de Primera Instancia número 16 de Zaragoza decretase que la niña debería pasar con ella las vacaciones. Pero la primera oportunidad de aplicar el fallo, la pasada Semana Santa, pasó sin que su padre la trajese. "De poco me sirve tener un papel que diga que puedo ver a mi hija si no la veo", lamentó Murcia, ayer.

La mujer compareció ante los medios para volver a dar publicidad a su caso, como ejemplo de un problema que, asegura, es más común de lo que parece. Su entorno ha constituido la asociación Adehuma, por los derechos humanos de la infancia, y busca ampliar la iniciativa con la creación de una asociación nacional. Ayer la acompañó la abogada barcelonesa Judit Martínez Velasco, de la plataforma Real Rights for Children (derechos reales para los niños). La letrada aseguró que existen "muchos casos de incumplimiento" de las sentencias sobre custodia en el país, que calificó de "secuestros" encubiertos.

FISCALÍA

Según expuso, estos casos corresponderían en su mayoría a padres y contarían con la inacción de los fiscales. Por ello, avanzó, solicitarán una reunión con el Fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce, para que les informe de la "hoja de ruta" del ministerio público en estos supuestos. Maribel Bastidas, psicóloga de Adehuma, advirtió también de las secuelas psicológicas para las madres y los niños en estas separaciones forzosas.

Vanessa Murcia recordó cómo, el pasado 13 de abril, acudió al punto de encuentro en el que el juez había decretado que se reencontrase con su hija. "Pero nadie sabía nada", y no acudió.

"No me cabe en la cabeza que a un hombre que nunca ha ido al juzgado a presentarse le sigan dando la custodia, después de incumplir la orden del juez", expuso. "Entiendo que las sentencias y las leyes están para cumplirlas, y yo las he cumplido, pero también creo que los jueces tienen que ser personas y entender que llevo seis años sin ver a mi hija. Si ahora tengo que esperar a que vuelva a incumplir --ha presentado una solicitud en el juzgado para que le obliguen a traerla en verano--, ¿cómo sé que la traerá algún día?", se preguntó.