El PSOE en Aragón no es ajeno al rechazo popular que recibe el Impuesto de Contaminación de las Aguas (ICA). Y la asamblea abierta que el partido celebró ayer en su sede en Zaragoza sirvió para que tanto el consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, como la directora del Instituto Aragonés del Agua (IAA), Inés Torralba, se enfrentaran a las dudas sobre los recibos y los planes de depuración de sus bases y organismo críticos con el impuesto.

«¿De verdad pagan los que más contaminan?», preguntó María Isabel Torrecilla como portavoz de la Red de Agua Pública de Aragón (RAPA), al defender que los tributos son necesarios «pero no a cualquier precio». El afiliado Víctor Sánchez lamentó que el cálculo en los importes esté perjudicando a una parte de los contribuyentes y Antonio Calvo, del distrito Oliver en Zaragoza, pidió corregir «los errores» sobre los que se ha construido el impuesto.

La tensión que el ICA está provocando en la sociedad tuvo su reflejo en el agrio reproche que el concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza Roberto Fernández vertió sobre José Angel Oliván, al frente de una de las asociaciones más críticas contra el tributo. «¿Tú estás aquí como socialista o como presidente de la UCA?», le gritó.

La directora del IAA trató de suavizar el ambiente avanzando que la extinción del polémico organismo está en su tramitación en las Cortes. Además garantizó que los recibos con «una cuantía mínima» no serán girados.

Otra de las voces que se alzó contra las corrientes discrepantes que han surgido en el seno del partido fue la del alcalde de Utebo, Miguel Dalmau. En su opinión, cuando tuvo que presentar alegaciones contra el tamaño desproporcionado de la depuradora proyectada en el municipio no recibió el apoyo de los actuales críticos contra el tributo. «En esa época no me defendió nadie», afirmó.