Todavía no está claro si son positivos o no, pero los deberes llevan meses (incluso años) generando debate y controversia sobre su beneficio en los alumnos. Últimamente parece que son más las voces críticas sobre sus riesgos en el alumnado y varias autonomías como Cantabria, Baleares o la Comunidad Valenciana que ya han dictado algunas pautas concretas sobre el tiempo diario máximo. Aragón, por su parte, ha llamado a la reflexión a la comunidad educativa y ha publicado recientemente una norma que sienta las bases para abordar la cuestión de las tareas escolares.

Educación ha marcado el camino y ahora son los centros, mediante un proceso participativo, quienes deben explicar en un documento cuál es su posición sobre los deberes y cómo se van a desarrollar en sus aulas. Se trata de una hoja de ruta que otras zonas ya experimentan.

La Comunidad Valenciana está considerada como la primera que puso límites a los deberes escolares. En el 2018 publicó la Ley de derechos y garantías de la infancia y la adolescencia y, en su artículo 69, dice que «durante las etapas de educación obligatoria se procurará que la mayor parte de las actividades de aprendizaje puedan realizarse en la jornada lectiva».

Límites de tiempo

En Cantabria existe la proposición no de Ley nº 82/2016 que detalla que la realización de los deberes «no debiera exceder» de unos tiempos diarios determinados: entre 10 y 20 minutos en los primeros cursos de Primaria; entre 30 y 60 en los últimos cursos de dicha etapa; y entre 60 y 90 minutos a lo largo de la ESO. «Mas deberes no es mayor calidad de aprendizaje», figura entre los principios generales de esta norma.

Por su parte, en Baleares, como orientación general, se recomienda no superar los 60 minutos diarios en los últimos cursos del segundo ciclo de la Educación Primaria y los 120 minutos diarios en el segundo ciclo de la Educación Secundaria Obligatoria.

La coordinación es clave entre docentes y equipos directivos. En Madrid, en el 2017 se publicó el documento Las tareas escolares después de la escuela, en el que se incluyen 24 recomendaciones del tipo de que los deberes no sean iguales para todos los alumnos, sino que estén adaptados a la diversidad del aula, que no sean tareas rutinarias.

En la Región de Murcia, la orden del 20 de noviembre de 2014, que regula la organización y evaluación pide una «adecuación» de la realización de tareas escolares en horario y calendario no lectivo.

En Asturias, a principios de este curso, se dio autoridad a los centros para que tengan una orientación común, mientras que en Galicia, donde existía una normativa que prohibía los deberes de los 7 a los 12 años, también los colegios quien aplican los criterios.

Aviso de la OMS

El debate sobre los deberes no es autonómico ni mucho menos nacional. Su carácter es internacional. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió no hace mucho que las tareas escolares contribuyen a aumentar las diferencias entre alumnos ricos y alumnos pobres, pero también la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alzado la voz por el riesgo que suponen las tareas encomendadas en el colegio.

Estas hay que compaginarlas con numerosas actividades extraescolares a las que los niños asisten tras las clases. Y, en muchas ocasiones, el día se pasa y el descanso es necesario. La OMS ha constatado que el porcentaje de estudiantes españoles que sufren estrés por culpa de los deberes es de los más altos de Europa y alcanza hasta el 70% en las chicas de 15 años. Y esa presión se traduce a veces en un incremento de patologías como dolores de cabeza, de espalda, malestar abdominal y mareos. También puede afectar a los estados de ánimo que llevan a sensaciones de tristeza, tensión o nervios.