Dichoso tiene varias acepciones en el diccionario. Y el presidente Javier Lambán echó ayer mano del humor para matizar el término utilizado el miércoles para referirse al documento que marca la hoja de ruta para PSOE y Podemos. "Es un decálogo feliz", dijo. Bromas aparte, el jefe del Ejecutivo señaló que su Gobierno cumplirá con lo pactado, pero aseveró que nadie en su partido ha incurrido en corrupción, ni ha robado, ni se ha enriquecido con el ejercicio de sus obligaciones públicas. Son todo, constató, "irregularidades administrativas".

Aviso a navegantes bisoños: este tipo de cuestiones es mejor no dirimirlas, dijo, en los medios de comunicación o mediante descalificaciones. No han sentado bien en el PSOE las palabras de la portavoz en el Parlamento, Maru Díaz, que calificó a los socialistas turolense de "árbol podrido". Sobre la interpretación del dichoso punto 2 de decálogo, el que hace referencia a las imputaciones, y sus consecuencias, Lambán se mostró abierto al diálogo, y a aceptar cuantas consideraciones emanen del observatorio ciudadano, que PSOE y Podemos reunirán el próximo miércoles para tratar de aclarar apenas unas líneas del documento. El presidente admitió discrepancias de interpretación.

El encuentro entre ambas fuerzas llegará después de una semana en la crispación haya alcanzado cotas inéditas hasta ahora. Y todo a cuenta de las imputaciones, con dimisión incluida, del ya exdelegado territorial de la DGA en Teruel, Antonio Arrufat, y del alcalde, José Ramón Ibáñez. Lambán dio ayer sesión de baño y masaje a sus eventuales socios, y quitó hierro a todo lo ocurrido. Constató lo evidente: que son dos partidos diferentes y auguró que el pacto de investidura suscrito con Podemos tendrá recorrido para los próximos cuatro años. Pese a alarde de optimismo, el presidente precisó que habrá que limar asperezas y pactar asuntos cruciales: una subida de impuestos y el presupuesto. Casi nada.

RESPUESTA AL PP Lambán no quiere oír hablar de inestabilidad. Ante las recurrentes críticas del PP, contestó que se deben que los conservadores están "descabezados" y que proyectan en el Gobierno sus propias inseguridad tras "mirarse en el espejo". Dudó de la uniformidad de discurso entre los diferentes portavoz de la formación, en referencia a las diferencias que separan a los dirigentes populares.

Para el presidente, el Gobierno está funcionando con "velocidad de crucero". "Entiendo que la gobernación de Aragón se está haciendo con total normalidad y estabilidad y las funciones de control se están haciendo de manera democráticamente impecable y con mucha responsabilidad", señaló Javier Lambán. "No ha habido ningún Gobierno que haya cumplido tantas iniciativas de su programa en tan poco tiempo", subrayó.

Tan óptima es la maquinaria gubernamental, según el positivo análisis de Lambán, que la única "interferencia indeseable" que percibe es la situación económica que dejó el PP tras su paso por el Pignatelli. Anunció que presentará el presupuesto para el 2016 antes de que acabe el mes, "antes de lo que lo hizo el anterior Gobierno", que contaba con 30 diputados en las Cortes. Culpó a los populares de querer ocultar sus "debilidades" con "ruido".