Los barrios rurales de Zaragoza han emprendido una carrera con el reloj para combinar, en la celebración de sus próximas fiestas patronales, dos elementos complicados de compatibilizar: prohibir la entrada a los menores a un recinto donde se vende alcohol o hacer que las peñas y el resto de vecinos acudan al lugar tradicional de celebración de actuaciones musicales, los pabellones deportivos, sin que puedan beber libremente. O se permite beber o se deja pasar a los menores de 18 años que no vayan acompañados de sus padres. De manera que invalida toda la organización que durante años se ha hecho en sus polideportivos.

Son los efectos del nuevo decreto de espectáculos aprobado por el Gobierno de Aragón el pasado mes de febrero y ante el que este verano ya no hay excusas para mirar hacia otro lado. Con una consecuencia directa: costará más dinero preparar las fiestas al tener que acudir al montaje de carpas, o espacios anexos a esas instalaciones deportivas a los que ir a por la bebida alcohólica, u organizarlo todo al aire libre, como recientemente hizo San Juan de Mozarrifar, montando con vallas dos "corralitos".

Solo dos tendrán ayuda municipal: Movera y Juslibol. A ellos el Ayuntamiento de Zaragoza, a través del área de Participación Ciudadana, "se les proporcionará una carpa" este año, que podría costar unos 6.000 euros cada una. Así lo explicó su responsable, Lola Ranera, quien apostilló que se debe a los "problemas estructurales" de sus polideportivos. De hecho, Movera en el 2015 ya no tendrá ese problema porque ha incluido esa reparación en el convenio con la diputación provincial (DPZ) este año. Juslibol no lo hizo pero tendrá carpa, "por seguridad".

Aunque esto no va a convertirse en barra libre de carpas para todos, algunos barrios ya apuntan "que la factura la pague Lola Ranera". Así lo dijo el alcalde de Casetas, José Luis Román, quien recuerda que en las fiestas de mayo se hizo en el pabellón, con menores "porque no estaba claro cómo aplicar la normativa" y eso trajo "problemas".

BOTELLÓN Otros, como Monzalbarba, están "pensando en crear una zona en el exterior para beber", señaló el alcalde Joaquín Tiestos, quien augura que "esta normativa solo servirá para que los jóvenes hagan más botellón". En Garrapinillos, Luis Miguel Roda, tiene claro que "se montará todo dentro del pabellón" en las fiestas de este mes. "¿Es que en los bares no entran menores?", apostilló. En Peñaflor, su alcalde Joaquín Fleta explicó que han optado por "arreglar el pabellón" por 6.000 euros para evitarse el gasto de "unos 36.000" que necesitarían para montar una carpa tres veces al año y que confía en "que Participación ayude a pagarlo porque si no tendré que hacer una colecta".

Mientras, Movera ya ha elegido espacio para su carpa: unos 600 metros cuadrados dentro de los casi 5.000 que tiene el patio del colegio Pedro Orós. Quizá abra la puerta a una nueva era en la que los polideportivos dejen paso a los recreos.