Los testigos que declararon ayer en la Audiencia de Zaragoza en el juicio que se sigue contra el abogado José Angel Roy discrepan sobre la salud mental de José Pablo García, Pepito el soguero , el empresario de Calatayud que dejó su fortuna al ayuntamiento de su ciudad y parte de la cual se desvaneció en los últimos ocho meses de su vida.

El fiscal solicita diez años contra el acusado por los presuntos delitos de apropiación indebida y falsedad, mientras que el abogado de la acusación, Fernando Lacruz, en nombre del Ayuntamiento de Calatayud, reduce su petición de penas a siete años.

Pepito el soguero dejó al ayuntamiento como su heredero universal, pero, al materializarse su legado, se descubrió que el fallecido había dispuesto de 780.000 euros (130 millones de pesetas) en los últimos ocho meses que vivió, tiempo en el que el abogado Roy actuó como su apoderado.

PERDIDAS La mayor parte de esta cantidad de dinero responde a pagos de minutas a abogados y a operaciones financieras fallidas, según explicaron ayer varios testigos ante el tribunal, así como a los gastos derivados del intento del fallecido de crear una fundación con su nombre y al legado de un chalet en Montecanal que realizó a los hijos de Roy.

Una de estas operaciones, explicada por un testigo, consistió en una inversión en una granja de pollos en la república exsoviética de Kazajistán, para la que el fallecido se asoció con otras personas. La sociedad perdió 290.000 euros, de los que 117.000 eran de Pepito el soguero , cuando se frustró el proyecto. El dinero se gastó en viajes y en la contratación de una empresa consultara contratada para gestionar la concesión de un aval del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo.

Los informes médicos y el personal que atendió al José Pablo García en las residencias de Calatayud y Zaragoza donde vivió desde el verano de 1997 hasta que falleció en marzo del 1998, determinan que, en aquella época padecía demencia senil.

Sin embargo, otros testigos afirman que Pepito el soguero se desenvolvía "con normalidad para una persona de su edad", 82 años, y que se encontraba "lúcido", tal como mantiene el abogado de la defensa, Leandro Ubieto, quien pide la absolución de Roy por considerar que no existe ningún delito.

El letrado de la acusación, Fernando Lacruz, sostiene por su parte que las operaciones realizadas durante esos meses son muy confusas y manifestó su extrañeza porque Roy siguiera realizando pagos con el dinero de García después de que este falleciese, así como de que no se recurriera a un notario cuando éste legó el chalet de Montecanal a los hijos del acusado.

El juicio continuará sus sesiones la próxima semana con las pruebas policiales que determinarán si hubo falsificaciones en los documentos donde Pepito el soguero autorizaba las operaciones financieras y los pagos realizados en aquellos meses con su dinero. Esta previsto que la causa quede vista para sentencia el martes.