El fuerte de Santa Elena, que llevaba tres décadas abandonado, ya tiene nuevo dueño. Una sociedad lo ha comprado al Ministerio de Defensa, su propietario, por 201.102 euros, en el curso de un procedimiento de subasta celebrado en la capital de España.

La fortaleza, que se levanta sobre la carretera que une Sabiñánigo con el puerto de Portalet y las pistas de esquí de Formigal (A-136), está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que cualquier intervención que sufra deberá contar antes con el visto bueno del Gobierno de Aragón y de Ayuntamiento de Biescas.

El terreno sobre el que se alza el fuerte está catalogado como no urbanizable, pero admite la realización de diversas actividades económicas de carácter compatible con sus características, como cámping y terreno de acampada organizada. Además, se podrán llevar a cabo iniciativas como la rehabilitación de edificios para usos hosteleros.

La intención de los compradores, la Corporación Aragonesa Octopus, es habilitar el espacio para la construcción de viviendas dentro de un tiempo, aprovechando el tirón del valle de Tena. "Nos alegramos de que el fuerte vaya a recibir un uso, pues llevaba 30 años abandonado", señaló ayer Luis Estaún, alcalde de Biescas. "Hace mucho tiempo, los militares lo utilizaban en las maniobras, pero desde entonces no ha registrado ningún tipo de uso ni de actividad", añadió.

La empresa aragonesa se impuso en la puja frente a una sociedad madrileña especializada en fortalezas. "Nos gustaría que se le dé utilidad cuanto antes", subrayó Estaún.