Las comunidades autónomas lograron el año pasado recortar su déficit público del 0,84% al 0,32% del PIB, lo que supone una reducción del 60% y alcanzar el nivel más bajo desde el 2007 (también el 0,32%), último año con superávit antes de que la economía entrase en recesión. Las cuentas regionales, además, consiguieron cumplir el objetivo que les había fijado el Gobierno (0,6%) por primera vez en años, con lo que contribuyeron a que el déficit del conjunto del Estado cerrase el 2017 en el 3,07% (el 3,11% con las ayudas a la banca), por debajo del 3,1% impuesto por la Comisión Europea.

El comportamiento, con todo, ha sido dispar. Las socialistas Aragón (0,92%), Castilla-La Mancha (0,72%), Extremadura (0,88%) y la Comunidad Valenciana (0,73%), y las populares Castilla y León (0,95%) y Murcia (1,51%), sin depurar del efecto de la reconstrucción de Lorca tras el terremoto del 2011) incumplieron el objetivo del 0,6%. En el extremo opuesto, vuelve a haber regiones en superávit por primera vez desde el 2007: País Vasco (1,5%), Navarra (1,22%), Canarias (0,67%) y Baleares (0,48%).

En cualquier caso, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, precisó ayer que las tres primeras de estas comunidades se han visto beneficiadas por ingresos excepcionales aportados por el Estado, como la actualización del concierto económico vasco (1.248 millones de euros). Sin estos efectos, el déficit autonómico hubiera superado el 0,5%: también sería su nivel más bajo desde el 2007 y dentro del objetivo fijado, pero con menos margen.

La Administración autonómica ya había anunciado en la mañana de ayer que la comunidad no va a cumplir el objetivo del déficit. Lo hizo a través de la interventora general, Ana Gómez Barrionuevo en su comparecencia en las Cortes, donde expuso que el déficit se va situar entre el 0,8% o el 0,9%.

INGRESOS Y GASTOS

En materia de ingresos, en el 2017 se superó el 99%, mientras que la ejecución en los gastos fue del 97,45%. Respecto al impuesto de sucesiones, la responsable de Intervención aseguró que la modificación o eliminación que merme estos tributos «ha de venir acompañada de otra serie de medidas que reduzcan gastos o lo compensen».

Gómez Barrionuevo mantuvo las afirmaciones que realizó en la presentación de las cuentas del 2017 donde, como recordó, aseguró que «era un presupuesto realista con previsiones razonables».

Además, estimó que las cifras de ejecución en ingresos «no se habían alcanzado hasta ahora», y que han permitido llegar al 99,29% y al 101%, si se tienen en cuenta los ingresos no financieros. En este sentido, también comentó que, en el 2017, los recursos presupuestarios en términos de derechos reconocidos se han incrementado en 300 millones y que el ejercicio 2016 «fue el punto de inflexión en cuanto a la recaudación de los impuestos tributarios debido a la crisis».

CORPORACIONES LOCALES

Así, las corporaciones locales del país lograron en el 2017 su sexto superávit anual consecutivo (0,59% del PIB). Ello y la mejora de las autonomías han compensado los incumplimientos de las metas de déficit por parte de la Administración Central (1,9% frente al 1,1% de objetivo) y la Seguridad Social (1,48% frente a 1,4%), lo que ha permitido alcanzar el objetivo de déficit impuesto por Bruselas para el pasado año. La mejora de las finanzas públicas ha sido posible gracias a un aumento de los ingresos (4,6%) mayor que el incremento de los gastos (1,1%). La recaudación por impuestos, en concreto, mejoró el 6,4%, hasta los 198.101 millones, el nivel más alto desde el 2007.

Pese a cumplir lo impuesto por la Comisión Europea, las cuentas públicas no se han situado por debajo del 3%, como el exministro Luis de Guindos sugirió que sucedería el pasado otoño y Bruselas deseaba, con lo que España seguirá sujeta al procedimiento comunitario por déficit excesivo, consolidándose como el único país bajo esa vigilancia especial. Visiblemente enojado, Montoro negó ayer haber evitado que el desfase cayera por debajo de ese nivel: «Eso es una fantasía literaria. Dejémonos de bobadas».

En esta línea, restó importancia a estar sometidos a ese control: «A mí me parece muy bien que me vigilen la vida». También dio por sentado que este año se alcanzará el objetivo del 2,2% impuesto por Bruselas y se negó a comentar si ello sería posible si el Gobierno no alcanzase los apoyos parlamentarios suficientes para aprobar los presupuestos que presentará hoy martes.