Día tras día los árboles son noticia en la ciudad, pues, se quiera o no, se han convertido en testigos de la vida de la capital aragonesa, sobre todo aquellos que por su porte, historia o valor implícito han desarrollado un vínculo mayor con los ciudadanos. Estos ejemplares más especiales --57-- fueron catalogados como árboles singulares por el Ayuntamiento de Zaragoza en el 2005 pero muchos de ellos han muerto o han sido talados desde que se estableció esta catalogación.

La última fue la acacia de tres espinas que cayó el pasado 29 de noviembre de este año en el parque Bruil por causas que por el momento se desconocen, aunque todo apunta a que fue por la gran inclinación y el peso que soportaba. Pero antes de esta vinieron el laurel de Torrero, el cedro del líbano del Arrabal o el tilo del barrio Oliver, entre otros. Todos ellos eran grandes emblemas de la capital aragonesa.

CAUSAS

Las causas de las muertes y desapariciones de los ejemplares fueron muy diferentes en cada caso, pero desde la Asociación Naturalista de Aragón (Ansar) siempre han criticado que "se cuidan los que están en parques y jardines públicos y se descuidan los que están en viales". Así, en el cruce de la prolongación Antonio Leyva y la Ronda Oliver se localizaba un tilo singular de gran porte que fue directamente talado.

Ansar lleva años exigiendo un mayor mantenimiento del arbolado singular y el pasado martes el Ayuntamiento de Zaragoza se comprometió, durante la comisión de biodiversidad, a llevar a cabo revisiones trimestrales de estas especies catalogadas. Un paso adelante que parece llegar después de las llamadas de atención que los árboles de la ciudad lanzan día a día.

De hecho, en la comisión se reconoció --y prometió enmendar-- uno de los errores que se cometió al realizar el catálogo de árboles singulares de la ciudad: no incluir los once conjuntos monumentales en la ordenanza. Legalmente no constan en la legislación grupos como los plátanos de sombra del Parque Grande o Las Fuentes o los álamos de la Almozara, por lo que desde el consistorio "no están obligados" a hacer un seguimiento de su estado, reconoció Mariano Mérida, miembro de este colectivo.

Dos árboles que formaban uno de estos conjuntos, el de los álamos situados en el pabellón puente, murió meses después de que fuesen replantados en el párking de la Expo.

En total, según Ansar, de todos los árboles singulares de la ciudad ya han desaparecido 18 y la cifra podría crecer si no se actua rápidamente en ejemplares como la encina del parque Bruil, que necesita un apoyo.

Muchos vecinos de diferentes sectores de la ciudad denuncian continuamente la situación de gran parte del arbolado ordinario que, ahora, se someterá a una revisión exhaustiva por parte del Servicio de Parques y Jardines del consistorio zaragozano gracias al mapa de control del arbolado.

Este documento realizado por el Ayuntamiento viene acompañado de un plan de actuaciones inmediatas por condiciones específicas que se centrará en las particularidades de los pinos, que centran más del 90% de las afecciones durante momentos de adversidad climatológica y también en las zonas donde se han producido obras que han podido afectar a los ejemplares.