El delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández López, consideró que la reunión que convocó la Plataforma Epilense por la Convivencia y contra la Delincuencia el martes "no tenía ningún fundamento", ya que desde el ayuntamiento, y también por su parte, "se están tomando todas la medidas oportunas en relación a los incidentes". "Esa asamblea no era necesaria", insistió Fernández López, que el lunes se desplazará a la zona para estudiar la situación. El delegado añadió que ese tipo de iniciativas vecinales siempre se presentan "complicadas", ya que, según él, "no permiten otra cosa que calentar más los ánimos sin que se pretenda, realmente, buscar una solución a los problemas".

La asamblea del martes no contó con todos los implicados, según el alcalde, Martín Llanas, que dijo ayer que "hablaron los portavoces de la plataforma, pero no el patriarca de la comunidad gitana". Además, en la reunión "todos, a excepción de dos personas, eran payos", aseguró el alcalde. Pese a que la inquietud es evidente, pocas voces se atreven a analizar el problema desde el punto de vista del racismo. En Epila una décima parte de la población --el total supera los 4.000 habitantes-- es de étnia gitana y objeto de numerosas acusaciones veladas sobre incidentes y delitos que se cometen en la localidad. F. ARTESERO