La empresa aragonesa Agroveco, ubicada en Casetas, ha hecho de la alimentación de toda clase de mascotas su signo más distintivo. Elabora piensos para caballos y perros de élite, pero también para palomas, perdices, avestruces o hurones. Salvo el sector porcino, copado por grandes estructuras industriales de ciclo completo, prácticamente no hay especie animal que no encuentre algo que echarse a la boca en su amplio surtido de productos alimenticios.

Gracias a esta versatilidad, Agroveco seguirá creciendo durante el año que comienza. La compañía, dedicada a la fabricación de piensos de calidad para alimentación animal, se halla inmersa en un proceso inversor que comenzó el año pasado y tiene como principal objetivo la modernización tecnológica de las instalaciones.

El plan de crecimiento está dotado con 2,2 millones de euros. La mitad de esta cantidad ya se invirtió en el 2018 y ahora se utilizará una cantidad similar para seguir adelante con los cambios. Entre ellos destacan, por su directa incidencia en la producción, la creación de una nueva línea de mezclado en la que se emplearán «palas en lugar de hélices», en palabras de Fernando Valdrés, gerente de Agroveco.

También se pasará al transporte en fase densa, una innovación que permite realizar notables ahorros respecto del sistema usado en la actualidad. Y, finalmente, se llevará a cabo una línea de granulación.

«Con estas inversiones se trata tanto de disminuir los costes como de aumentar la productividad», resume Valdrés, que subraya la importancia creciente que la empresa concede al mercado de la exportación, en el que se propone crecer a partir del 5% que representa en la actualidad dentro de su volumen de negocio. En total, exporta a más de 40 países, muchos de ellos situados en el golfo Pérsico, en el Este de Europa y también en Asia.

En el conjunto de España, la implantación de este fabricante aragonés de piensos es muy sólida, circunstancia que debe mucho al hecho de que cuenta con una red compuesta por dos centenares de distribuidores que comercializan sus productos bajo las marcas Rex, Equusline y Agroveco.

Apoyándose en estas sólidas bases, la compañía se propone llegar el año que ahora se inicia a una facturación de 33 millones de euros, tres más que en el 2018. Para ello se sirve de su modelo de gestión que el pasado año recibió el sello de excelencia empresarial concedido por el Instituto Aragonés de Fomento (IAF).

«Nos especializamos en necesidades de demanda muy concretas y potenciamos las cualidades que nos hacen adaptarnos rápidamente a la situación del mercado», subraya Valdrés.

El gerente de Agroveco, que da empleo a 64 personas, destaca el carácter eminentemente aragonés de la empresa, que aprovecha las sinergias que concurren en el valle del Ebro como área geográfica eminentemente productora de cereales y plantas forrajeras, los ingredientes básicos de sus diferentes tipos de pienso para alimentación animal.