Los delitos en el medio rural, cuya prevención y persecución es competencia de la Guardia Civil, tienden a crecer desde hace diez años en Aragón, al igual que ocurre en el resto del país. Las cifras de estos hechos delictivos en el 2003, que todavía no han sido dadas a conocer por Interior, pueden dejar en nada la escasa reducción del 0,74% de las infracciones penales en las ciudades con distrito policial.

La fuerte inmigración en muchas localidades aragonesas ha provocado la creación de bolsas de población marginada, que constituye una de las causas de aumento de delitos en lugares donde apenas se registraban incidentes hace una década.

Sin embargo, la extensión del tráfico y consumo de drogas a zonas rurales de la comunidad conlleva el mayor incremento de conductas delictivas, especialmente de aquellas que afectan a la propiedad privada, como ha ocurrido en las ciudades. Los consumidores necesitan importantes cantidades económicas para hacer frente a su drogodependencia que, en muchas ocasiones, consiguen mediante el robo cuando no disponen de medios propios.

No resulta extraño que el Juzgado de Instrucción de la Almunia sea uno de los que más han incrementado su trabajo en Aragón.

Las cifras de delitos en el medio rural aún están lejos de igualar a las de las ciudades, donde se registran alrededor del 90% de las infracciones penales que se cometen en España.