La situación en los albergues de Zaragoza, el de la calle Alonso V y el habilitado durante la crisis del coronavirus en el pabellón de Tenerías, fue un tanto crítica durante las primeras semanas de confinamiento, cuando llegaron a ocuparse prácticamente al 100%. Ahora están al 61% de su capacidad, después de que 78 usuarios hayan abandonado las instalaciones, la mayoría cansados de la convivencia y de no poder salir a pasear a la calle, decisión que se adoptó para evitar contagios.

Actualmente hay 62 personas en el municipal, con capacidad para 98, y 54 en el de Tenerías, donde hay cien camas. Desde el área de Acción Social explican que esta reducción se debe a distintos motivos. Varios han encontrado trabajo durante la campaña de la fruta, aunque son los que menos. También hay casos de mujeres que han recurrido a otros servicios, como la parroquia de San Antonio donde hay más espacio y menos gente con la que convivir. Pero la mayoría ha dejado los centros cansada de convivir, dado que se trata de personas acostumbradas a la soledad, a no tener horarios y a no cumplir normas, por lo que al final deciden abandonar los albergues y volver a la calle para recuperar esa libertad.

Cruz Roja atiende a unas 60 personas sin hogar cada semana y el comedor de la parroquia de El Carmen está dando entre 200 y 240 comidas diarias.

El 17 de marzo, dos días después de que se decretase por primer vez el estado de alarma como consecuencia de la pandemia, el concejal de Acción Social, Ángel Lorén, decidió ampliar con cien camas más el albergue con el propósito de dar respuesta a las 120 personas sin hogar que calculan que hay en la ciudad, según los balances de Cruz Roja, de las que la mitad ya están viviendo en la calle. Se eligió el pabellón de Tenerías y en cuestión de horas estuvo preparado para recibir a los primeros, gracias a la colaboración privada. Ese mismo día ya estaba casi al 50% de su capacidad y a los días rozaba el 100%. Desde el servicio se decidió reservar algunas plazas para poder aislar a posibles casos de covid-19.

En ninguna de las dos instalaciones, como sucede también en El Refugio, se puede entrar y salir. Así que hay usuarios que desde principios de marzo no han pisado la calle y llevan días y días conviviendo con otras personas, cada una con sus circunstancias. No se permiten nuevos ingresos, salvo que lo hagan con los resultados negativos de una prueba PCR expedida por el Salud, algo que es prácticamente inviable. Durante unos días el consistorio realizó test rápidos por lo que se produjeron nuevas entradas, pero la DGA le inhabilitó para hacerlo.

No tienen permitido salir para nada, salvo justificación, por lo que tampoco pueden salir a pasear durante las horas habilitadas por el Gobierna ya que no se puede garantizar que contraigan el virus, así que todos aquellos que deciden abandonar las centros lo hacen a sabiendas de que no volverán a entrar en mucho tiempo, al menos, hasta que la pandemia esté controlada, algo que no va a suceder pronto.

El ayuntamiento trabaja en un plan de reinserción con las entidades

El Ayuntamiento de Zaragoza ha duplicado durante el estado de alarma la capacidad del albergue municipal, con cien camas más en el pabellón de Tenerías. Por ahora no han decidido hasta cuándo estará en marcha este servicio complementario, dado que dependerá, entre otras cosas, de la evolución del coronavirus. En paralelo, desde Acción Social ya están trabajando de la mano de la Coordinadora de Personas sin Hogar en protocolos y programas para tratar de trabajar con las personas que han acudido al albergue para tener un techo seguro en el que pasar la pandemia. Muchos de los usuarios tienen derecho a una prestación que no solicitan por desconocimiento o porque no sabe cómo hacerlo. Así que la información y el acompañamiento se presente como una de las primeras medidas que deberá adoptar el concejal del área de Acción Social, Ángel Lorén.