El desacuerdo de determinados propietarios con algunas de las últimas decisiones tomadas sobre el derribo de la casa azul de Calatayud podrían provocar el retraso en el inicio de las obras de demolición, que estaban a punto de comenzar. Pese a que los afectados por la gran sima que engulló el inmueble bilbilitano el pasado 10 de noviembre habían decidido ya que una empresa guipuzcoana, Usabiaga, se encargara del derribo, ahora habrá que esperar a nuevas reuniones para poner en común decisiones que no parecen del todo aclaradas, especialmente en lo que se refiere a la necesidad de que el edificio sea declarado en ruina.

Según Efe , el próximo día 14 se celebrará una reunión a la que acudirán un equipo de abogados y de profesionales dedicados a la gestión de comunidades de bienes para explicar a los disconformes los detalles necesarios. La junta directiva que está al frente de la asociación de afectados ha decidido frenar por el momento la demolición pese a estar adjudicada por un valor de 800.000 euros en espera de aclarar las dudas.

La casa azul está compuesta por 52 pisos y una decena de locales comerciales, además de aparcamientos subterráneos. Tras verse afectada por una gran sima, debe ser derribada y construida de nuevo.