La madre de un joven diabético de 18 años que fue detenido el miércoles por agentes de la Policía Local de Zaragoza ha formulado una queja al Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, sobre el trato proporcionado a su hijo en los calabozos del Cuerpo Nacional de Policía. La falta de la medicación que necesita pudo provocarle "un coma irreversible", asegura la madre, Paula P. M.

El detenido, Roberto A. P., fue arrestado por un presunto delito de resistencia a la autoridad y amenazas de muerte. Según explica el texto, desde las dos de la madrugada del miércoles hasta las once horas del jueves el joven permaneció en "una especie de jaula grande, con otros siete u ocho detenidos --varios de ellos de origen magrebí-- lo que provocó el pánico al arrestado, que dos años antes había sido objeto de un intento de violación por personas de la misma procedencia". Esta situación "le impidió dormir por la noche, incluso con los tranquilizantes que le proporcionaban".

La queja señala que, aunque el propio joven y sus padres informaron a los agentes de su dependencia a la insulina, no le suministraron los medicamentos que necesitaba: "Cuando avisaba de que se encontraba mal, lo llevaban al hospital, donde no le hicieron ninguna prueba para comprobar su nivel de glucosa en sangre. Allí le suministraron cuatro unidades de insulina, que resultaban insuficientes, ya que necesita veinte".

El joven explicó que en los calabozos sufrió varias crisis nerviosas --padece un trastorno de personalidad bipolar--, mareos y vómitos, a pesar de lo cual se sintió "ignorado". "Cuando tenía sed por el alto nivel de azúcar en sangre, tenía que beber de la misma botella que el resto de presos, entre los que había algún heroinómano, con el consiguiente temor a que me contagiara una enfermedad infectocontagiosa", señaló.

Posteriormente, indica la queja, tuvo que dormir en una colchoneta sobre el suelo y cubrirse con dos mantas viejas, "pues no había suficientes plataformas elevadas de cemento para todos".

"Lo peor fue el día en que le llevaron al juzgado. Poco antes de acudir ante el juez, debido al mal estado en el que estaba por la falta de insulina y por no haber comido, pues sabía que los alimentos le perjudican si no le medican, vomitó en la celda. Y aun a pesar de que casi no podía tenerse en pie, un policía le obligó a limpiarla bajo amenaza de no sacarle de allí hasta que lo solucionara. Y tuvo que hacerlo", subrayó la madre.

La remitente de la queja remarcó que nada más llegar al juzgado fue necesario desplazarlo rápidamente a Urgencias del hospital Miguel Servet, donde fue ingresado por presentar "un cuadro grave de acidoacetosis --ácido en sangre--. "Los médicos me dijeron que de haberse prolongado más la situación, hubiera podido sufrir un coma irreversible", añadió.

Entre otras cuestiones, Paula P. M., pide al Justicia que se separe a los detenidos, especialmente a los jóvenes y no reincidentes de los de edad madura y con antecedentes. Igualmente, solicita que se les proporcionen "los medicamentos prescritos por el facultativo y los útiles de aseo necesarios".