La Guardia Civil recibió el pasado jueves una denuncia por un presunto intento de secuestro de un menor de once años, cuando acababa de salir del colegio Odón de Buen de la localidad. Según lo que el niño explicó a sus progenitores --al parecer su padre es un agente de la Guardia Civil destinado en el centro penitenciario del municipio--, dos hombres que iban en un coche pequeño, de color gris, se le acercaron, abrieron la puerta y le ofrecieron que subiera. Él se asustó y salió corriendo, lo contó en casa y en seguida interpusieron la denuncia.

Al día siguiente, el viernes, algunos padres de San Mateo de Gállego, ya al tanto de la noticia extendida en Zuera, aseguraron haber visto a un coche de las mismas características, y cuyos ocupantes coincidían con la misma descripción --un conductor con barba y un copiloto calvo--, tal como publicó Heraldo. Además de haber oído la historia, les llamó la atención por no resultarles familiar el coche y porque circulaba lento.

En el centro escolar se han tomado medidas para explicar a los niños cómo comportarse ante los requerimientos de desconocidos, es decir, que huyan y pidan ayuda a otros adultos que conozcan. Y los propios padres del centro le han dado difusión a la noticia para prevenir futuros intentos en pueblos cercanos. No pretenden sembrar la alarma, pero con el caso del pederasta madrileño de Ciudad Lineal de actualidad, conviene prevenir aunque sin cundir el pánico.

La Guardia Civil --que ayer siguió confirmando únicamente que ha recibido la denuncia-- investiga la identidad de los dos individuos a partir del coche que, a priori, parece lo más sencillo de identificar. Máxime cuando lo vieron los padres de alumnos de San Mateo que ya estaban al tanto de los rumores que llegaron de Zuera.

OPERATIVO Por su parte, la Policía Local de la ciudad ha incrementado el control que ya tenía sobre los centros escolares entre semana, con la incorporación de patrullas de paisano. Así lo hicieron desde el viernes a mediodía, cuando recibieron la alerta del Centro Operativo de Servicios (COS) de la Guardia Civil. Y a lo largo de este fin de semana también están incrementando la vigilancia en los parques y otras zonas con abundante presencia de niños en días festivos.

La Policía recomienda a los padres que, sin crear terror en los menores, sí les mantengan informados de los peligros de tratar con desconocidos, y que cuando sientan miedo o desconfíen de sus intenciones, como sucedió con el menor zufariense, según su relato, salgan corriendo y pidan ayuda, manteniéndose en zonas visibles y con mucha gente siempre que les sea posible.

A otro nivel de protección, conviene recordarles la necesidad de proteger su privacidad en internet, sobre todo en las redes sociales. Igual que sucede con los robos en casas, la información que se puede obtener de la red, sobre dónde se está o dónde se suele ir, permite a los posibles pederastas controlar la rutina de los menores que pueden fijar como objetivos. Además, esta información también puede servirles para ganarse la confianza del menor, dándole la imagen de que son, por ejemplo, amigos de la familia a los que han encargado pasar a buscarles.

En los últimos tiempos, las aplicaciones de móvil que se basan en ubicar a los contactos de las redes sociales, o con intereses comunes, pueden facilitar aún más a los pederastas la localización de víctimas, falseando su perfil para hacerse pasar por niños de la misma edad.