La Alfranca, una finca agrícola situada en el término de Pastriz, en las cercanías de Zaragoza, está sufriendo una invasión masiva de moscas negras que ha provocado problemas a los residentes y, sobre todo, a las personas que realizan trabajos al aire libre y se hallan más expuestas.

Al parecer, según fuentes de la localidad, se han producido dos hospitalizaciones de afectados, un dato que no confirmó ayer el centro de salud local, donde subrayaron que la mosca negra está presente desde hace varios años y que este no se ha notado un incremento de las incidencias.

La invasión del insecto se atribuye a la cercanía del río Ebro, que como consecuencia de la falta de lluvias baja con muy poco caudal y hay enclaves donde se remansa, lo que favorece la proliferación de la especie.

«Los que trabajan en el exterior han probado de todo», señaló la misma fuente. «Se ponen ropa más gruesa, pero ni aun así consiguen librarse de los picotazos», añadió.

También han ensayado con ahuyentamosquitos y con unas pulseras especiales, pero el resultado ha sido el mismo. «Quizá debería sulfatarse la zona para eliminar estas nubes de moscas», indicó.

EFECTOS // Las víctimas suelen sufrir numerosas picaduras en el cuerpo que, si no son tratadas, tardan varios días en desaparecer por completo. El primer efecto es la aparición de una hinchazón en la parte afectada, seguida de una rigidez de la misma.

En La Alfranca se imparten numerosos cursos del Inaem, por lo que se trata de un lugar muy frecuentado por personas de fuera de Pastriz. Este dato impide tener un conocimiento exacto del número de personas que se ven afectadas por la mosca negra.