Antoni Poveda era ayer uno de los ponentes destacados en La Ciudad de las Bicis. Alcalde de la localidad de Sant Joan Despí y presidente del área metropolitana de Barcelona, está al frente de la Red de Ciudades por la Bicicleta, una agrupación de más de 100 ayuntamientos de España a la que pronto se incorporarán Toledo, Huelva y la aragonesa Huesca.

-¿Cómo se ve desde fuera lo que le ha ocurrido a Zaragoza con su ordenanza municipal?

--Ha sorprendido en el conjunto de ciudades, porque es llevar las cosas al máximo extremo. denunciar que una niña de tres años vaya por una acera con bici, significa que cada uno de nosotros podríamos llevar a un policía detrás que nos podría denunciar porque no siempre pasamos por un paso de cebra o los coches invaden parte de un carril bus, o paran en las curvas... Ha sido un error maniqueo haber presentado una denuncia que no representaba ningún peligro para la integridad y seguridad de las personas, teniendo en cuenta que el uso hoy en España es bajo.

-Pero sirve para darse cuenta de que podrían caer todas las ordenanzas en España que permiten ir por las aceras.

-Hoy vemos con normalidad que una persona pase por la calzada entre los coches para cruzarla. Si eso lo hace una bicicleta, nos llevamos las manos a la cabeza. Seguramente todos podríamos poner un poco más de sentido común para mejorar un espacio público que hoy está más pensado para los coches.

-¿Se puede fomentar el uso de la bici sin que el peatón se sienta invadido en su espacio?

-Sí, pero se siente así porque el coche ocupa el mayor espacio público, no la bicicleta, a la que se criminaliza sin tener culpa. Lo que demandamos es que esta tenga su espacio para poder ir y, si no lo tiene, que sea compatible en calzada con zonas 30 para poder ir por nuestras calles.

SEnD¿Y por qué no hacer una ordenanza estándar que sirva para todas las ciudades?

-Hay un compromiso de que el nuevo Reglamento de Circulación se apruebe en los próximos meses y eso servirá. Pero es más un problema de planificación de infraestructura: hoy pensamos en hacer una carretera pero no en incluir en ella un espacio específico para ir en bici. Eso debería cambiar.

-La bicicleta pública impulsó el uso en el pasado. ¿Ahora está en crisis?

-Ha sido el elemento más importante para disparar el uso, como Zaragoza, Barcelona o Sevilla. No está en su punto final pero debe evolucionar, sobre todo de la mano de las nuevas tecnologías.