Las denuncias por malos tratos en Aragón se disparan de manera espectacular. Frente a las 113 registradas por el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil en los ocho primeros meses del 2003, este año ya se han constatado 545 casos, un 382,3% más. De todas ellas, 390 se produjeron en ciudades de la comunidad y 155, en el medio rural.

La capital aragonesa copa la mayoría de las denuncias. Según los datos facilitados por la Jefatura Superior de Policía de Aragón a este periódico, en el 2003 se tramitaron 65, mientras que entre enero y agosto de este año se ha dado curso a 348 --un 435% más--. El resto de ciudades en las que actúa el Cuerpo Nacional de Policía --Calatayud, Huesca, Jaca y Teruel-- también han sufrido un incremento, que es más notable en la capital oscense --de 6 en el 2003 se ha pasado a 20 este año --un 233,3% más--.

Sin embargo, estas sorprendentes cifras tienen una lectura "positiva" para el comisario de la Policía Judicial, Esteban Gándara, quien ve detrás de este fenómeno "una liberación de las víctimas, que se atreven a poner en conocimiento de las Fuerzas de Seguridad su problema con más facilidad".

CAUSAS A su juicio, son varios los factores que están influyendo en este desmesurado incremento. Por un lado, se está produciendo un gran aumento de las denuncias por malos tratos en casos en los que "los resultados de lesiones son menos graves" y las víctimas ven cómo aumentan las ayudas "para quienes sufren los actos violentos". Además, Gándara considera que la política policial que se sigue actualmente favorece esa gran subida, ya que los agentes tienen la orden de denunciar las agresiones "siempre que hay indicios y aunque no lo desee la afectada, porque la normativa obliga a mostrar una total intolerancia en cuanto hay contacto físico". También cobra protagonismo en el incremento el hecho de que el incumplimiento de las órdenes de alejamiento "se notifica como denuncia, aunque no haya una agresión en el momento de la última detención".

Pero el fenómeno más novedoso que está viviendo un particular auge en este sentido son los casos que se producen entre los inmigrantes. Como admite el comisario de la Policía Judicial, "aún hay que estudiar y conocer con más profundidad las circunstancias en las que se producen los actos entre los extranjeros, porque cada comunidad actúa de manera distinta".

Según Gándara, los malos tratos entre los hispanos tienden a ocurrir más los fines de semana, debido al "exceso en el consumo de alcohol", aunque también existen diferencias en función del país concreto de procedencia. Entre los inmigrantes de la Europa del Este, el alcohol también influye de manera directa, pero "a lo largo de toda la semana". Y además, en este caso concreto se está analizando un extraño fenómeno, por el cual a menudo "los hombres se creen con derechos sobre las novias de sus amigos, a pesar de que no está claro si hay consentimiento o no entre ellos". Y tanto en los malos tratos que tienen lugar entre ciudadanos magrebís como entre subsaharianos se ha constatado "la dificultad para actuar", ya que son dos sociedades "muy herméticas" y en las que el hombre "tiene un poder absoluto sobre su pareja".

MEDIO RURAL Proporcionalmente, el ascenso más acentuado está teniendo lugar en el medio rural, donde la Guardia Civil es la encargada de actuar. Mientras en los ocho primeros meses del 2003 se presentaron 22 denuncias, este año ya se han registrado 155, un 604,5% más.

En Huesca, se ha aumentado de 2 a 41, con lo que el incremento es del 1950%; en Zaragoza, de 17 a 79, un 364,7% más; y en Teruel, de 3 a 35, con un ascenso del 1066,6%.

En estos mareantes datos también tienen especial incidencia los factores enunciados anteriormente, aunque el comandante de la Benémerita Javier Calvo también observa una "gran evolución" en la actitud de los habitantes de los pueblos. "La realidad es tremenda. Creo que en los municipios está desapareciendo ese temor al qué dirán, que durante años pudo silenciar a muchas víctimas. Pero también existe un mayor conocimiento de las dimensiones del problema y de las alternativas disponibles", apunta el comandante.

Calvo agrega que la "publicidad" que se da a los casos y a las denuncias puede ser otro factor de cierta relevancia, pero sobre todo muestra su preocupación por el gran aumento que se está produciendo de los malos tratos en la población joven. "Cada vez llegan más denuncias de personas que apenas tienen entre 25 y 30 años", subraya.