La depresión perinatal, la que sufren las mujeres durante el embarazo y tras el parto, es la "gran escondida de la sociedad", además de estigmatizada y para la que no se cuenta con formación específica en la carrera sanitaria pese a las graves consecuencias que tiene no solo para el bebé, sino para las madres, la pareja o la familia.

Así lo ven Isabel Irigoyen, psiquiatra del Hospital Clínico de Zaragoza, e Ibone Olza, psiquiatra infantil y perinatal, profesora asociada de la Universidad de Alcalá de Henares y directora el Instituto Europeo de Salud Perinatal, que hoy participan en el III Simposio de Salud Mental Perinatal que se celebra en el colegio de médicos de Zaragoza y a la que asisten unos doscientos profesionales sanitarios, en su mayoría mujeres.

"Como sociedad no estamos cuidando bien a las mujeres embarazadas y tenemos que replantearnos que cada mujer que gesta un bebé es un bien precioso que debería tener más apoyo y poder vivir el embarazo tranquila", ha advertido a los medios Olza.

Los datos con los que trabajan los expertos ponen de manifiesto que entre el 18 y el 20 por ciento de las mujeres embarazadas van a sufrir algún tipo de trastorno mental. La prevalencia de la depresión prenatal se sitúa entre el 7 y 19 % y en el periodo del postparto entre el 10 y 15 % y ahora, ha precisado Olza, también se detectan cada vez más patologías en los hombres.

A parte de que, como ha expuesto Irigoyen, los padres son "los convidados de piedra", su compañera de profesión ha incidido en que el embarazo de su pareja o la llegada del bebé puede reavivar celos patológicos u otras patologías y puede desembocar en violencia de género.

Y es que "no todo el mundo está bien y contento en el embarazo" y eso, ha dicho Olza, "hay que tenerlo en cuenta".

Esta psiquiatra infantil reconoce que la medicina tradicional "ha escuchado poco a las madres" y los médicos tienen que "aprender mucho y ver qué necesitan" estas mujeres porque, señala, el parto "no acaba cuando te dan el alta y te vas a casa".

Además, ha incidido en que la "deshumanización" que se ha puesto de manifiesto en los partos ha contribuido a que haya mujeres traumatizadas, de ahí la importancia de estas jornadas para que los profesionales aprendan a escuchar a las mujeres y a detectar los síntomas porque, ha puesto como ejemplo, problemas para conciliar el sueño pueden ser marcador importante y la ansiedad un signo de violencia de género, pero es que el estrés por el trabajo es "la principal causa de parto prematuro".

Olza recomienda crear espacios que permitan a las mujeres poder expresarse, que los sanitarios que las tratan les pregunten qué sienten y quitar el estigma de la enfermedad mental, porque sin tratamiento "se complica". Afrontar el embarazo "como un todo", sin separar lo físico de lo emocional, ha resumido.

En este sentido, Irigoyen considera "estupendo" que en Aragón se pudiera contar con una unidad de Salud Mental Perinatal dotada de pediatras, matronas y psiquiatras y como ya existen en Cataluña, Madrid, País Vasco o Andalucía, dados los "riesgos" que para la madre y los bebés puede conllevar una falta de atención.

Según Irigoyen, una de cada cuatro o cinco mujeres sufrirá algún tipo de malestar físico o psicosis puerperal, un proceso grave por la pérdida de contacto con la realidad que presentan, o depresión postparto, "la gran escondida", con lo que puede conllevar riesgos como déficit en la atención al bebé o que no se fortalezca el vínculo entre madre e hijo con el riesgo a su vez de que éste sufra también después problemas mentales.

Sin embargo, ha lamentado que son conocimientos que no se abordan en la carrera, sino que se adquieren a posteriori, por interés profesional o porque se haya vivido una situación personal o familiar. "Estamos lejos de todo. En el principio del principio" y todavía "hay mucho por hacer", ha sentenciado.

Uno de los aspectos que también se ha abordado en la sesión de hoy, y que los asistentes han vivido con mucha emoción, ha sido el de las pérdidas del bebé durante el embarazo, una situación en la que, según Ibone Olza, existe más sensibilidad gracias a que padres y madres han compartido su experiencia de duelo perinatal.

En este sentido, Olza ha hecho hincapié en que es una madre "que está perdiendo un hijo, independientemente de la edad de gestación", en muchas ocasiones "muy esperado y deseado" y que requiere un periodo de duelo.