Por causas que se desconocen, el pasado fin de semana se derrumbó, sin ocasionar daños personales, un muro de piedra situado en la calle del Cierzo y que sirve de apoyo a la plaza del Pilar.

Al ceder el muro, quedó sepultado un pequeño espacio a la entrada del pueblo que sirve de aparcamiento de coches. El ayuntamiento colocó vallas para delimitar la zona del derrumbe y ahora se estudian soluciones para esta parte de la localidad.

El lugar fue visitado en la mañana de ayer por el presidente de la Diputación de Zaragoza (DPZ), Juan Antonio Sánchez Quero, quien subrayó que las obras devolverán la seguridad a la zona que ha sufrido el hundimiento, que se rellenará y sellará para aumentar su solidez.