El antiguo hotel San Valero, ubicado en pleno centro de Zaragoza, y okupado desde abril por una veintena de personas será desalojado este martes por la comisión judicial y la Policía Nacional. La hora prevista para volver a echar el cerrojo a este establecimiento que reabrió para la Expo 2008 son las 10.00 de la mañana.

La «pesadilla» para los vecinos de la calle Manifestación, como la califican muchos, comenzó el 4 de abril. Nueve años después de que cerrase oficialmente y tras caer en las garras de La Sareb, Llanero Solitario decidió convertirse en el gerente del que ha rebautizado como el hotel San Santiago Bendito. Pero lo hizo ilegalmente, okupándolo, y desde ese día ha ido entrando cada vez más gente que, ayudada por distintos colectivos, precisan de los enseres más básicos para vivir en su interior.

La intención de Llanero, junto a su amigo Checo, era la de dar cobijo hasta a 32 personas sin hogar, las plazas que legalmente ofrecía el establecimiento de dos estrellas, aunque en su interior poco queda de lo que un día fue y hay vecinos que aseguran que han ido vendiendo todo lo que había en su interior, para poder ganar algo de dinero.

Aunque los okupas dicen que no dan problemas y que viven ajenos a lo que sucede en el barrio, los vecinos no piensan igual. Además del «nerviosismo» y el «miedo» que les genera tener a tantas personas malviviendo junto a sus casas, denuncian que cada vez son más los problemas que se están generando en el barrio.

Varios vecinos dicen que se han producido más intentos de okupación por las calles de la plaza del Justicia. Desde hace semanas se ve merodeando gente por la zona en busca de pisos vacíos. El verano siempre se aprovecha para asaltar viviendas, aprovechando el éxodo estival y las vacaciones de sus residentes.

SEGURIDAD / Por eso, la seguridad se está redoblando y ya son muchas las viviendas que han instalado cámaras de seguridad con el propósito de poder demostrar que, en casos de suceder, su residencia ha sido okupada por la fuerza.

Han decidido adoptar medidas ante el miedo generalizado de este barrio del Casco Histórico, a escasos metros del Pilar, donde vecinos y comerciantes se han unido para tratar de acabar con esta práctica ilegal y, como poco, lograr disuadir a los okupas o, al menos, ponérselo más difícil.

Respecto al hotel, la orden judicial ha tardado poco más de dos meses en llegar y finalmente se obligará a sus ocupantes a abandonarlo de inmediato el próximo martes.

En su interior hay personas de diferentes lugares, algunas incluso que han venido de pueblos de los alrededores de Zaragoza tras enterarse de la existencia de este establecimiento para personas sin techo.