Un joven de identidad aún desconocida desapareció en la madrugada de ayer en el río Ebro cuando intentaba huir de la Policía Local, junto a dos amigos, tras haber protagonizado una pelea en un bar de la calle Predicadores de Zaragoza. Al cierre de esta edición, los Bomberos aún no habían hallado el cuerpo.

Los hechos ocurrieron a las 3.21 horas, cuando el propietario del bar Desnivel llamó a la Policía Local por una trifulca que estaba teniendo lugar dentro de su establecimiento entre tres jóvenes ecuatorianos y un español, todos ellos conocidos entre sí.

Según informaron fuentes policiales, cuando los agentes se acercaron al local vieron cómo tres jóvenes salían corriendo por la calle Postigo del Ebro hacia el río, alertados por la presencia de los efectivos.

Inexplicablemente, cuando los tres jóvenes llegaron al paseo Echegaray y Caballero, a unos cien metros aguas arriba del puente de Santiago, decidieron saltar la valla que separa la acera del río, de unos siete metros de altura. Poco después se produjo la tragedia.

Los agentes se acercaron a la orilla del Ebro tras escuchar los gemidos de dolor de uno de los jóvenes, Carlos David L. P., de 22 años, quien no podía moverse. Inicialmente se barajó la hipótesis de que se había fracturado las dos piernas, pero sólo sufrió policontusiones de las que fue tratado en el hospital Miguel Servet --recibió el alta médica seis horas después--. Otro de los jóvenes intentó esconderse entre los arbustos, pero los policías pudieron encontrarlo e identificarle como Edwin Renato L. P., de 20 años, quien sufrió heridas leves. Los dos alegaron que estaban escapando porque varias personas intentaban atracarles.

La tragedia se cebó con el tercero de ellos, que trató de escapar por las riberas del río. Durante una media hora permaneció en paradero desconocido, hasta que un vecino de la zona telefoneó al 092 para alertar a la Policía Local de que un joven estaba pidiendo ayuda desde el río, a la altura del puente de Santiago. El testigo explicó poco después a los agentes que había intentado ayudar al joven, pero fue en vano.

A partir de ese momento, los buceadores del Cuerpo de Bomberos iniciaron las labores de rescate del desaparecido, que cesaron a las cinco de la madrugada tras un rastreo en lancha por las dos orillas del río, entre el puente de Santiago y el de Piedra.

Los trabajos de los bomberos se reanudaron a las nueve de la mañana, cuando la luz ya permitía realizar inmersiones en el agua. Dos lanchas y siete buceadores formaron el dispositivo, que se encontró con grandes dificultades para operar debido a la escasa visibilidad del agua, la fuerte corriente y la abundante porquería que había en el río. Esos impedimentos están limitando la labor de los efectivos, que tan sólo pueden rastrear al tacto el fondo del cauce y deben ir siempre agarrados a una cuerda. Tras parar a la una del mediodía, la búsqueda se reanudó a las tres de la tarde.

Los buceadores afirmaron que el cuerpo podría aparecer en un plazo de dos a cuatro días --cuando se hincha tras haber ingerido abundante agua-- y que, aunque la corriente ha podido arrastrar el cuerpo varios cientos de metros, también es posible que se encuentre atrapado en una zona entre dos aguas. Las labores de rescate concluyeron a las nueve de la noche y se reanudarán hoy a las ocho de la mañana.