El fin de semana fue más movido de lo habitual en las estaciones de esquí del Pirineo aragonés tras la resaca navideña. A pesar de que la afluencia de público suele disminuir con creces tras las fiestas, miles de esquiadores se acercaron hasta los centros invernales para practicar el deporte blanco. La estación más perjudicada fue Astún, que vio cerradas sus puertas el sábado por el fuerte viento.

El principal enemigo de los esquiadores fue el tiempo, ya que la inestabilidad y las precipitaciones leves hicieron acto de presencia en los centros invernales durante algunas horas, aunque también aparacecieron los claros, que se alternaron a menudo con las nubes.

Eso sí, la climatología no fue tan favorable para los usuarios como a lo largo del fin de semana del puente de Reyes, en el que el sol acompañó a los visitantes.

La afluencia fue "buena" o "media" dependiendo de los casos, pero no se llegó en ningún momento a las aglomeraciones. Sin embargo, fuentes de la Guardia Civil de Tráfico de la provincia oscense explicaron que el tráfico fue "intenso", pero "fluido". Las fuentes consultadas también agregaron que no se registraron "retenciones" en las carreteras ni en los accesos a las estaciones.

Sin embargo, las reuniones entre la DGA y los directores continuarán en busca de soluciones para evitar colapsos como los vividos en Navidad.