La sentencia del crimen de Ricla, por la muerte y posterior descuartizamiento de Pilar Cebrián a manos de su esposo, Antonio Losilla, ha sido confirmada por el Tribunal Supremo, pero el caso sigue sin estar del todo cerrado. Policialmente, todavía se buscan los restos de la mujer y ahora, judicialmente, se acaba de abrir un nuevo asunto por las supuestas coacciones que el culpable de este homicidio cometió contra su hijo para evitar ser detenido.

La decisión la acaba de adoptar el magistrado presidente del tribunal provincial que enjuició el caso, Javier Cantero. a través de un auto en el que también se le solicita el pago de las indemnizaciones a sus hijos que ascienden a 100.000 euros. De esta forma, la Audiencia Provincial de Zaragoza ha enviado al Juzgado Decano la declaración realizada por el hijo del encausado, que responde al mismo nombre de su padre. Será este organismo el que lo remita a un juzgado de instrucción y a partir de ahí se abran nuevas diligencias contra Antonio Losilla.

El delito de coacciones -penado con hasta tres años de prisión- se basaría en el testimonio de Antonio Losilla hijo durante el juicio contra su progenitor. Ante el jurado, este joven no dudó en asegurar que recibió presiones de su padre «para callar». «Había intentos de poner a mi hermana en contra de mí, me decía que mi tío de Barcelona estaba poniéndose mal y que yo iba a heredar una casa y mi hermana no. Después hablé con mi tío de Ricla y me dijo que no sabía de dónde se sacaba esas cosas», señaló.

También destacó que no le asaltaron las dudas cuando su padre le decía que intentaba denunciar la desaparición de su madre ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pero que no le hacían caso. No obstante, Antonio Losilla Cebrián aseveró que el acusado insistió en todo momento en que su madre «se había ido con algún hombre, que no fuera ingenuo».

MÁS PRESIONES

Blanca Losilla, hija del acusado, también incidió en las presiones que sufrió por parte de su padre. Resaltó que su padre le llegó a escribir una especie de guión para que se hiciera pasar por una teleoperadora y así averiguar el domicilio y el lugar del trabajo del hombre con el que, al parecer, la víctima de este crimen quería comenzar una relación. «No pienso lo mismo de mi padre, ahora con la calma, que hace tres años, ya que no tenía tantos detalles», señaló Blanca Losilla.

De hecho, durante la vista oral apostillaron que hubo varios detalles en la actitud de Antonio Losilla que les extrañaron, como que hubiera limpiado el garaje de la vivienda en la que se produjeron los hechos, cuando siempre lo hacían los hijos. El juzgado que asuma este asunto, además de recibir las grabaciones del juicio, tendrá que tomar declaración como perjudicados a los hijos, asistidos por las abogadas Soraya Laborda y Laura Vela.

También sería citado a declarar el propio Antonio Losilla, aunque en calidad de investigado (antigua imputación). Su nuevo abogado, Juan Manuel Martín Calvente, señaló que todavía no se les ha notificado este nuevo procedimiento, pero que Losilla dará las explicaciones pertinentes «como siempre las ha dado». Losilla permanece entre los barrotes de la cárcel de Zuera desde el 30 de noviembre del 2012, día en el que el juez de guardia decretó su prisión provisional.