El papel científico de la Universidad de Zaragoza quedará unido para siempre en la descripción del continente oculto de Zelandia, sumergido en las aguas del Océano Pacífico y desgajado de Australia y la Antártida hace 80 millones de años. Y lo hará de la mano de Laia Alegret, micropaleontóloga del Instituto Universitario de Ciencias Ambientales de la Universidad de Zaragoza y la única científica española en la tripulación que durante dos meses ha participado junto a otros 31 científicos en la expedición científica al océano Pacífico a bordo del buque de perforación Joides Resolution.

Es, además, la primera vez que un miembro de la universidad participa en el prestigioso programa de perforación oceánica International Ocean Discovery Program (IODP), que ha financiado la expedición con más de 12 millones de euros.

Ahora, ya de vuelta a su laboratorio en Geológicas en el campus de San Francisco de la capital aragonesa, ha comenzado a analizar los microfósiles obtenidos en seis perforaciones del fondo marino del nuevo continente, que con una superficie sumergida de unos 5 millones de kilómetros cuadrados, solo emergen Nueva Zelanda y Nueva Caledonia.

Resultados asombrosos

Estos primeros análisis de las muestras ya comenzaron durante la expedición. «Los resultados de estos primeros estudios han sido asombrosos porque han cambiado lo poco que se sabía sobre este continente oculto», explica Laia Alegret. «Nos han permitido conocer qué aspecto tenía hace millones de años, cómo evolucionó como un continente independiente tras separarse de Australia y la Antártida hace 80 millones de años, cómo cambió la profundidad de sus mares a lo largo del tiempo, en qué momentos emergió y se hundió, condicionando las migraciones de las especies, las corrientes oceánicas y el clima global. Además, se ha podido precisar el movimiento de las placas tectónicas, que parece tener relación con la formación del Anillo de Fuego del Pacífico. Estos resultados aportan información sobre el cambio climático y sobre procesos geológicos fundamentales, con implicaciones en la prevención de riesgos geológicos como el vulcanismo o los terremotos», apunta.

En este viaje científico se han realizado sondeos en el fondo marino en seis puntos del Pacífico suroeste, en el Mar de Tasmania. Se han recuperado más de 2,5 kilómetros de sondeos que contienen los sedimentos depositados en Zelandia durante los últimos 70 millones de años, y en los que han quedado registrados no solo los movimientos de las placas tectónicas y la evolución de este continente, sino también los cambios climáticos globales.

Alegret, que ha participado como paleontóloga, ha contribuido al estudio de los más de 8.000 microfósiles que se han hallado en los estudios preliminares. Las muestras seleccionadas serán estudiadas en la Universidad de Zaragoza. Los primeros resultados se publicarán el próximo año.