Los Grupos de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil de Huesca emitieron ayer una nota con consejos de seguridad para aquellas personas se propongan realizar actividades en media y alta montaña en una época con gran cantidad de nieve acumulada debido a las copiosas precipitaciones de la pasada temporada. Los expertos señalan que, debido al deshielo, los barrancos bajan con un caudal muy elevado para esta época del año y que, a pesar de haber tenido menos rescates en este medio, una persona ha fallecido y ha habido otras a punto de perder la vida en esta modalidad deportiva.

De hecho, ayer mismo, un barcelonés de 39 años, J. L. P. T., fue rescatado en el barranco del río Formiga, en el término de Casbas, en la cara sur de la sierra de Guara. La actuación de los expertos en montaña de la Benemérita duró desde las 12.30 a las 14.07 horas. El excursionista había sufrido fractura de tibia y peroné.

A lo largo del mes de junio se han llevado a cabo 11 intervenciones en barrancos. En este tiempo ha fallecido una persona en uno de los accidentes registrados y ha habido otros rescates en los que las víctimas han estado a punto de perder la vida.

Este dato contrasta con el mes de junio del año pasado cuando hubo 15 intervenciones en barrancos y ningún fallecido. Según la Guardia Civil, el extremo tiempo invernal de este año ha hecho que el barranquismo se haya practicado menos y que las condiciones de los barrancos sean más peligrosas que el año pasado.

Por ello, para evitar accidentes, la Guardia Civil informó ayer de que los principales peligros que pueden surgir en un barranco son la caída de piedras en las pozas donde se suele saltar y el caudal, ya que este aumenta rápidamente de un día para otro o incluso en un mismo día, debido a precipitaciones en la parte alta de las montañas y al deshielo.

CONSEJOS DE LOS EXPERTOS // Así, se aconseja comenzar el descenso del barranco lo más temprano posible, ya que por las tardes, debido al deshielo y a tormentas de verano el caudal puede aumentar rápidamente. Hay que llevar el material adecuado, saber utilizarlo y, en todo caso, el casco es fundamental. Además, antes de realizar los saltos en las pozas, alguno de los componentes del grupo debe comprobar la zona de caída, descartando que haya rocas o ramas que días anteriores no estaban en ese lugar y que podrían producir graves lesiones. Asimismo se debe averiguar el caudal de agua y preguntar a personas que lo hayan llevado a cabo pocos días antes.