Siete personas han sido detenidas y cuatro de ellas han ingresado en prisión tras una operación interregional contra la prostitución realizada por la Guardia Civil en Aragón, Navarra, Cantabria y Cataluña y con la que se ha contribuido a desarticular una red de prostitución de mujeres rumanas. El centro de la red estuvo hasta hace tres meses en Zaragoza, donde se disputó el control de la prostitución en clubs de la periferia de la ciudad con otra banda de la misma nacionalidad.

La investigación se inició el 5 de abril, a raíz de la denuncia presentada ante la Guardia Civil de Tudela por una joven que había huido de un club de Zaragoza en el que estaba retenida y obligada a ejercer la prostitución.

Los agentes averiguaron que la red captaba a estas mujeres en su país y, "mediante agresiones físicas y amenazas de muerte contra ellas o contra sus familias", les "obligaba" a ejercer la prostitución en España, para lo que falsificaba también pasaportes, según informó la Guardia Civil de Navarra.

LAS REGLAS El centro de operaciones de la banda estaba en Zaragoza, donde eran alojadas los jóvenes recién llegadas y conocían al jefe de la red, el rumano I. G. T., quien les informaba de las reglas de la organización y de la deuda que tenían que pagar, equivalente a un año de trabajo. Las mujeres no podían entablar amistad con hombres ni relaciones con rumanos o marroquíes. Tenían prohibido recibir asistencia médica y dejar sin permiso el club.

Tras realizar dos detenciones en Navarra y La Rioja, se registraron dos viviendas en Zaragoza y otra en Casetas, pero se comprobó que los responsables de la red habían huido a raíz de un enfrentamiento con otra banda en el club Papiro.

Finalmente, el pasado día 15, I. G. T. y su novia fueron detenidos en la localidad catalana de Viladecans, y dos días más tarde se practicaron otros arrestos en Lérida, Zaragoza y Pamplona. Sin embargo, la operación sigue abierta, ya que otros miembros de la banda están actualmente fuera de España.