La sala Multiusos de Zaragoza nunca llegó a abrir sus puertas como hospital de campaña y no fue hasta ayer cuando volvió a recibir visitas, pero esta vez para desmontar la infraestructura sanitaria.

Su construcción se llevó a cabo en tiempo récord, bastaron cuatro días para completarlo y estar listo como un nuevo centro de atención para enfermos de covid-19. Sin embargo, la favorable evolución de la pandemia en la comunidad ha hecho que esta función no se realice. Es por eso que la empresa encargada de su instalación, la firma aragonesa Mandrade Consults, inició ayer su desmontaje y prevé que se alargue durante el mismo tiempo, hasta el jueves como máximo, aunque más rápido y con un ambiente más relajado.

El mismo equipo que lo colocó ahora lo retira. Son una veintena de profesionales que no coinciden durante la labor. «No pueden trabajar todos los gremios juntos, se estarían molestando unos con otros, tenemos que seguir unos pasos, ir por etapas», explicó Carlos Madariaga, propietario de Mandrade. Primero, se desmonta la zona de saneamiento y climatización; en segundo lugar, la zona de cabinas y suelos; y finalmente la estructura de la carpa.

El material adquirido por el Salud, como las camas o el suelo, será reubicado y reutilizado en sus centros. El resto (carpas y cabinas) está en alquiler y se trasladará a las instalaciones de la empresa. De las 105 camas que incluía este hospital, la mayoría ya está fuera de las habitaciones, apiladas en la entrada del auditorio. Y las que todavía permanecían ayer en los cuartos que no habían sido desmontados, esperaban a su retirada, todas ellas conservando el plástico que aún protege el mando de control.

Un empleado, sobre zancos de amortiguación, quitaba las mamparas azules que servían como puertas de cada habitáculo e iban a guardar la privacidad de los pacientes. Mientras sus compañeros desencajaban las paredes y las guardaban en amplios cajones junto a los soportes que las mantenían en pie. No sin antes haber despegado los carteles y limpiado el resto de adhesivo, con consejos del personal de limpieza que les acompañaba. En los carros, montones de cables y equipos de electricidad y en las traspaletas, diferentes elementos que componían la infraestructura, novedosa en la capital aragonesa. «Es el primer hospital de campaña que se instaló en Zaragoza para el covid-19 y de este estilo o concepto, el primero en España», manifestó Madariaga.

El suelo de la Multiusos pierde sus llamativos colores, elegidos para el hospital, y recuperará el negro para acoger en su espacio eventos a medida que las circunstancias lo permitan. Su interior ya no estará dividido en tres módulos, y los camiones que estos días ocupan su explanada exterior se sustituirán por ciudadanos esperando a entrar a futuras citas culturales.

En tiempos como los de ahora, es una buena noticia saber que un hospital se desmonta porque no se espera su necesidad. Para la empresa de su instalación, supone una satisfacción, «porque significa que la población no ha sido afectada al nivel de tener que utilizar un hospital de este tipo». Su gerente destacó que las instituciones apostaran por una empresa dedicada a soluciones en exportación para el exterior. «Propusimos nuestras soluciones para aportar nuestro granito de arena y la decisión fue muy rápida, vieron nuestra experiencia y que hay una empresa en Zaragoza que se podía dedicar a hacer estas cosas. El resultado ha estado muy acorde a las expectativas», comentó.

La sala, que se preparó para acoger enfermos de coronavirus, se vacía y se convierte en reflejo del alivio de la desescalada.