Agentes para la Protección de la Naturaleza (APNs) del Gobierno aragonés han localizado dos conchas muertas de caracol manzana, especie invasora procedente de América del Sur, en la zona embalsada del río Matarraña a la altura del término municipal de Fayón (Zaragoza).

Según informa el Ejecutivo regional, se trata de una especie invasora perjudicial para la agricultura y el medio ambiente, y que se alimenta de plantas y algas hasta modificar profundamente el estado y estructura de los ecosistemas acuáticos.

La forma más sencilla de detectar esta especie de caracol de gran tamaño, que puede alcanzar los 10 centímetros, es localizar sus puestas de color rosa ubicadas en tallos de plantas acuáticas que emergen a poca distancia del agua.

Es una especie con una alta tasa de reproducción y con gran capacidad para la supervivencia, ya que logra subsistir en severas condiciones ambientales, como con contaminación o con niveles bajos de oxígeno.

Por esta razón, APNs y técnicos están realizando prospecciones intensivas en las orillas del embalse de Ribarroja, aunque de momento no se han encontrado ejemplares vivos ni puestas.

Dado el gran uso de pesca deportiva que tiene la zona del Matarraña, los expertos apuntan como causa más probable que las conchas recogidas pudieran haber sido traídas por pescadores provenientes del Delta del Ebro que usaran la especie como cebo vivo.

La especie se detectó por primera vez en España en agosto de 2009, en el Delta del río Ebro, en Cataluña, y desde entonces, el caracol manzana se ha extendido por las dos márgenes del río pese a los esfuerzos por controlar su expansión.

La maquinaria agrícola procedente de zonas con presencia de la especie es la vía de dispersión que se considera más probable para que llegue a Aragón.

Esto llevó en 2013 a la Comunidad Autónoma de Aragón a establecer un protocolo de actuación con una serie de medidas de control, como la limpieza exhaustiva de la maquinaria agrícola que viene de las zonas arroceras contaminadas del Delta del Ebro.

Sin embargo, aseguran las fuentes citadas, se conocen varios casos en Cataluña de nuevas apariciones debido a la utilización de este caracol como cebo para la pesca deportiva.

Otra posible vía es su abandono tras haber sido utilizado para la acuarofilia, ya que se utilizan para limpiar los acuarios de restos vegetales.

El Gobierno aragonés insiste en la prohibición de posesión y de transporte en vivo de estos caracoles, así como su uso en pesca como cebo vivo, y que el incumplimiento de estas restricciones no sólo está castigado con graves sanciones económicas sino que incluso está tipificado como delito.

Las fuentes referidas hacen un llamamiento para informar de forma inmediata al 112 si se localiza una puesta reciente, a fin de acabar con el foco de propagación de forma temprana.