Un acto vandálico llevado a cabo en un vehículo en Grañén ha destapado un caso de corrupción de menores en la localidad oscense protagonizado, presuntamente, por una vecina del cercano municipio de Robres. Ocho jóvenes de la localidad habrían sido víctimas de una mujer de 40 años que, supuestamente, les hacía regalos a cambio de favores sexuales. Ella fue detenida por la Guardia Civil y puesta en libertad provisional tras pasar a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Huesca.

Los hechos que están siendo investigados se venían produciendo desde hacía unos tres años. La mujer se habría aprovechado de la amistad de uno de sus dos hijos con los menores para acercarse, entablar amistad y posteriormente corromperles. Según pudo saber EL PERIÓDICO, la sospechosa llegó a regalarles vehículos de hasta 4.000 euros que no tenían los permisos en regla porque los adquiría de segunda mano. Hasta seis turismos habría llegado a entregarles a los diferentes jóvenes de edades entre los 13 y los 16 años. Pero también les habría regalado motos con su respectivos cascos de protección e incluso terminales móviles de la marca iPhone, valorados en 1.500 euros. A los objetos materiales se sumaría la entrega de drogas, especialmente marihuana, y alcohol.

Fueron estas sustancias halladas en el interior de la peña que solían frecuentar las víctimas lo que puso en alerta a los agentes del puesto de Grañén que, seguramente, no podían ni imaginarse los hechos que iban a descubrir al tirar de ese hilo. Los miembros del instituto armado accedieron al local, después de que un vecino de la localidad de la comarca de los Monegros denunciara los daños que había sufrido en su vehículo y que tenía la sospecha de que los autores podrían ser el grupo de menores que se reúne en dicha peña. Ante ello, los guardias civiles fueron a la casa de los progenitores, quienes acabaron denunciando los hechos que están siendo investigados en estos momentos.

La Benemérita intervino parte de los regalos con los que se habría llevado a cabo la corrupción de los menores, especialmente, los móviles y así realizar un análisis de la mensajería. También, realizó una entrada y registro, previa autorización judicial, en la vivienda de Robres de la arrestada para recabar todas las pruebas necesarias para esclarecer un caso que ha sorprendido a los vecinos. De hecho, algunos menores se hacían ver en casa de la arrestada, si bien parecía que eran amigos de sus hijos. Está imputada por corrupción de menores, abusos sexuales, delitos contra la salud pública y conducción temeraria.