La denuncia de una zaragozana de 81 años en la comisaría Centro de la Policía Nacional permitió destapar a una mujer que decía dedicarse al cuidado de ancianos, pero que en realidad era una tapadera para robarles. Era tal la confianza que tenía en que nunca iba a ser descubierta que P. E. T. G. llegó a acompañar a una de las víctimas a dependencias policiales porque le faltaban 6.500 euros. No obstante, antes trató de evitar que acudiera ante los agentes.

La investigación realizada por el Grupo de Policía Judicial de la comisaría Centro se inició el pasado 20 de enero y hasta el momento han aflorado tres víctimas, aunque el número de damnificados podría aumentar.

El modus operandi de la arrestada era de ofrecerse para ejercer su actividad laboral como cuidadora de personas mayores en sus domicilios. Al tener acceso total a todas las dependencias de los mismos, conocía dónde guardaban los efectos de valor.

Una vez ganada la familiaridad de los ancianos, les sustraía pequeñas joyas o como en el caso de la denuncia que inició la investigación, retiraba efectivo de los cajeros automáticos una vez obtenido el número PIN.

La anciana de 81 años comprobó que había siete retiradas de dinero mediante su tarjeta de crédito que ella no efectuó, si bien, aseguraba que no había extraviado su tarjeta en ningún momento y que la guardaba en la cartera. El montante total de lo defraudado ascendía a 6.500 euros.

Los agentes, en una primera fase de la investigación y tras varias labores de indagación, concluyeron que la autora de las siete extracciones realizadas sin el consentimiento de la víctima, efectuadas desde diciembre de 2019 hasta la fecha, era su cuidadora, P. E. T. G., la misma que le acompañó a denunciar estos hechos y que le recomendaba que no interpusiera denuncia.

LOCALIZACIÓN

Ya había una primera conclusión que llevó a los agentes a localizar y detener el pasado jueves a la mujer. En el momento del arresto le hallaron 999 euros y diversas joyas que no pudo justificar su procedencia.

Los investigadores comprobaron que la detenida había efectuado un total de hasta 18 ventas de joyas en establecimientos de compraventa de Zaragoza dedicados al efecto y también determinaron que ejercía su actividad como cuidadora de personas mayores en tres domicilios sitos en Zaragoza.

Con todas estas pruebas, el Grupo de Policía Judicial hizo una entrada y registro en la casa de P. E. T. G. en la calle Santa Inés en el que hallaron varios anillos, alguno de ellos con inscripciones y fechas de alianzas de personas de avanzada edad, pulseras de oro, colgantes con cadenas de oro, pendientes, perlas, una gargantilla y un broche.

Tras ser puesta a disposición del magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Zaragoza fue puesta en libertad provisional.