La Guardia Civil detuvo el miércoles 8 a tres personas acusadas de cultivar marihuana en el interior de una nave y mantener una conexión ilegal al tendido eléctrico. Un grupo de agentes pertenecientes al Puesto de la Guardia Civil de Maella y al SEPRONA de Caspe observaron como de una nave porcina, que se encuentra abandonada, salían unos tubos extractores muy grandes. Una vez próximos a la nave, los agentes decidieron investigar, ya que se desprendía un fuerte olor a marihuana.

Estos pudieron comprobar que tanto la granja porcina, como una casa próxima a esta, se encontraban valladas y custiodadas por tres perros, uno de ellos catalagodo como "potencialmente peligroso". Tras un primer vistazo, vieron que el cuadro antiguo de contadores se encontraba puenteado, con el objetivo de conseguir la energía eléctrica suficiente para alimentar la granja y la vivienda cercana.

Posteriormente, la Guardia Civil contactó con el dueño de la propiedad, el cual desconocía que alguien estuviese viviendo o realizando alguna actividad en su propiedad.

707 maceteros preparados para el cultivo

Esa misma tarde, y con el permiso del propietario, comprobaron que la nave estaba compuesta por dos plantas: una superior dedicada exclusivamente para la vigilancia de la instalación y otra dividida en dos habitáculos independientes. El primer piso estaba completamente dedicado al cultivo de marihuana, en el cual encontraron 707 maceteros preparados, para el crecimiento de las plantas de cannabis sátiba y 10 kits de iluminación de 600 vatios cada uno.

En el segundo piso, los agentes que entraron en la nave, comprobaron que se utilizaba como secadero de marihuana, hallando 70 kits de iluminación de las mismas características que los anteriores, 13 aparatos de aire acondicionado, una picadora y bandejas de un metro cuadrado cada una para el secado. Cinco de estos recipientes tenían veintidós kilogramos de marihuana, limpia y preparada para su distribución.

A la mañana siguiente, la Guardia Civil registró la vivienda situada en la misma parcela. Una vez dentro, encontraron tres bolsas de plástico con dos kilos de marihuana, numerosa documentación, un cuaderno con instrucciones sobre el cultivo del cannabis y dos walkie talkiesd que utilizaban para comunicarse entre la vivienda y la nave.Tras los registros, un empleado de la compañía electrica, afirmo que ambas propiedades se alimentaban de la red eléctrica a través de una conexión ilegal.

Varios delitos

Durante esa noche, una patrulla de la Guardia Civil detuvo a tres personas que se econtraban en esta propiedad.

Los detenidos eran tres varones de nacionalidad española y de edades comprendidas entre los 19 y 41 años, a los que se les imputó delitos contra la salud, pública por cultivo de marihuana, otro de defraudación de fluido eléctrico, además de un delito de usurpación de la propiedad privada, siendo puestos a disposición judicial. Uno de ellos ingresó en prisión.

La droga incautada dio un total de 24,05 kilogramos de cogollos y hojas de marihuana triturada.