Dos horas después de la lectura del pregón de las Fiestas del Pilar de Zaragoza, la Policía Nacional tuvo que intervenir en un bar del barrio Delicias. Una mujer aseguraba haber sufrido tocamientos por parte de un cliente, quien, además, la estaba amenazando con un cuchillo. El hombre fue inmediatamente detenido.

Fue la sala del 091 de la Jefatura Superior de Policía de Aragón la que activó a los miembros de la Brigada de Seguridad Ciudadana que se trasladaron con urgencia a la calle Lastanosa. Allí, en la puerta del bar Puntacana se encontraba, G. W. C. M., un hombre de 36 años y de origen dominicano con un cuchillo en la mano.

Quien había llamado era una joven de 31 años. Ella aseguraba que le habían tocado el culo y que ese hombre se había vuelto loco, tras recriminarle esa actuación. Afirmó que tuvo que saltar al otro lado de la barra para protegerse cuando G. W. C. M. cogió una botella y se la lanzó, llegando incluso a romper otra para intentar agredirla.

Ante ello, varias personas que se encontraban en el interior del establecimiento decidieron expulsarlo a la calle. Él, supuestamente, la amenazó con matar y la esperó en el exterior. Los agentes que intervinieron tomaron declaración a G. W. C. M. antes de ser trasladado a la comisaría. De forma espontánea, este hombre explicó que escupió un chicle y que fue a quitárselo del pantalón a la chica. «Ella se volvió, me dio una bofetada en la cara y he perdido los nervios rompiendo cuatro o cinco vasos y botellas», aseguró.

PROTOCOLO

Unos hechos que, tal y como marca el protocolo de actuación de la Junta Local de Seguridad, fueron comunicados desde la Delegación del Gobierno en Aragón al Ayuntamiento de Zaragoza. Ambas instituciones llegaron a la conclusión de que podría tratarse de una cuestión de orden de público, atendiendo a la investigación llevada a cabo hasta ese momento por el Cuerpo Nacional de Policía porque quedaba pendiente de aclarar con los testigos si se habían producido tales abusos. Asimismo, en ese momento no se había interpuesto ningún tipo de denuncia.

Ello conllevó que no se aplicara el protocolo municipal de parar 5 minutos los festejos, ya que, además, el delito de abusos sexuales no se contempla, solo la agresión sexual. De hecho, tras la polémica política generada por no hacer público un abuso denunciado por una joven de 15 años, el Gobierno de PP-Cs propuso a la Junta de Portavoces del consistorio revisar el protocolo y ampliar los supuestos si así se acuerda.