La Guardia Civil arrestó el martes en un control de carretera aleatorio a Errol Victor Michel Janssen, un peligroso criminal holandés vinculado a la banda motera Ángeles del Infierno, al que la Policía holandesa buscaba desde hace casi un año por asesinar a tiros a Karel Pronk, a plena luz del día, cuando salía de una cafetería en la localidad holandesa de Delf. Las autoridades perdieron su pista el 8 de agosto, al día siguiente del crimen, hasta que esta semana fue interceptado de forma fortuita en un control establecido en la A-2, a su paso por la localidad zaragozana de Cetina.

Tras su arresto, Janssen, también conocido como Mick van der Lacn, entre otros alias, fue trasladado al juzgado de Calatayud, donde ayer declaró por videoconferencia ante la Audiencia Nacional, a cuyos juzgados centrales de instrucción será trasladado para proceder a su extradición a los Países Bajos.

La Policía holandesa había llegado a ofrecer 10.000 euros de recompensa por cualquier dato sobre su paradero, dado que el crimen causó una gran conmoción en Delf, al suceder a plena luz del día y precedido de una serie de ataques a distintas cafeterías de la localidad. En las informaciones advertían de que iba armado, algo que pudieron comprobar los agentes de la Guardia Civil al registrar su coche, aunque no hubo heridos en su arresto. De hecho, se investigará si la pistola es la misma del crimen, ya que nunca fue hallada pese a rastrear un canal cercano al lugar donde se le vio por última vez.

AMPLIO HISTORIAL

Este crimen no es el primero que se le imputa a Jenssen, que era sobradamente conocido por las fuerzas de seguridad holandesas, no solo por su vinculación a la citada banda motera. Según recogían el año pasado diversos medios del país europeo, fue condenado en 1991 por otro asesinato, el de un cultivador de orquídeas holandés, Gerrit de Graaf, en la localidad de Rijswijk. Le impusieron 20 años de prisión, de la que logró escapar hasta en dos ocasiones, tomando como rehenes a guardias de seguridad del penal. Pero fue liberado en el 2006.

No fue la última vez que la Policía tuvo que lidiar con él. En el 2009 fue condenado a otros seis años de cárcel por dirigir una organización criminal, por cultivo de cannabis y por posesión de armas. Aún tenía un juicio pendiente por una pelea en un hotel de Rotterdam, por la que le pedían 162 días de cárcel.

Lo último que había trascendido es su presunta autoría del crimen de Delf, tras el que, según dedujo la Policía de las declaraciones de testigos y de los vídeos de seguridad, se ausentó del lugar, con su chaleco de los Ángeles del Infierno, en una Harley Davidson negro mate. Al día siguiente le vieron paseando un perro y marchándose en un Wolkswagen Golf. El coche apareció, pero de él nada más se supo hasta el pasado martes.

Sorprende que haya podido pasar desapercibido tanto tiempo por su aspecto, dado que Janssen, de 51 años, lleva toda la cara tatuada, con motivos tribales y con la fecha de nacimiento y defunción de una mujer con la que estuvo casado.