La Guardia Civil detuvo ayer a Aitor G. G. como supuesto responsable del ataque con ácido que el pasado 3 de mayo sufrió un menor en Caspe. Los agentes esperaron a que saliera del comedor social de la parroquia del Carmen, en pleno centro de Zaragoza, para practicar este arresto. La investigación continúa abierta, por lo que los agentes no descartan practicar alguna detención más.

Las pesquisas llevadas a cabo por los agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Guardia Civil hacen pensar que este joven sería el autor de la agresión y, por ello, solicitaron al Juzgado de Instrucción número 1 de Zaragoza, que ayer estaba en funciones de guardia, que ordenara un reconocimiento médico de este joven de 37 años, especialmente por si sufrió lesiones en las manos en el transcurso de la comisión de estos hechos.

Consideran los investigadores, según fuentes consultadas por EL PERIÓDICO, que Aitor G. G. pudo haber sido contratado para llevar a cabo el ataque con ácido al joven de 17 años que sufrió quemaduras en el 70% de su cuerpo. De ahí que no se descarten otras detenciones en el marco de esta investigación cuya hipótesis principal ha sido, desde el inicio, un ajuste de cuentas a la familia. El hermano del menor desapareció de Caspe un mes antes, tal y como consta en la denuncia interpuesta por su pareja y que adelantó este diario.

Aitor G. G. pasó la noche en las dependencias de la Guardia Civil de Casetas. Este joven tiene en su haber nada menos que 15 antecedentes policiales de diferente tipo entre los que resaltan delitos como malos tratos, robos con fuerza, hurtos o robos con violencia e intimidación. En la actualidad, según fuentes consultadas, este joven vivía en el albergue municipal de la capital aragonesa.

La víctima de esta agresión permanece ingresado en la Unidad de Quemados del hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde ingresó y llegó a estar en coma inducido como consecuencia de las graves lesiones que presentaba. Los hechos tuvieron lugar sobre las 15.00 horas cuando el menor se dirigía a su casa, procedente del IES Mar de Aragón. Estaba en las proximidades de la vivienda, en la calle Garia, cuando una persona encapuchada le roció con un líquido. No medio palabra alguna.

Fueron tales los gritos de dolor y de pedir ayuda, que el hermano de este chico de 17 años fue rápidamente a socorrerle y a solicitar auxilio a una patrulla de la Policía Local que estaba en las inmediaciones.