Diez días después de que Zaragoza amaneciera con un extraño tiroteo que estuvo a punto de acabar con su vida, la Policía Nacional ha resuelto el caso y detenido al sospechoso. Se trata de un exempleado del centro sanitario que se habría vengado tras ser despedido. Pero su intento de ajustar cuentas no se quedó ahí, ya que los investigadores le imputan el sabotaje eléctrico de la planta covid-19, donde se encuentran enfermos graves que necesitan respiradores enchufados a la luz para sobrevivir.

El arresto de este hombre, A. P. G., de 35 años, se produjo ayer cuando circulaba a bordo de una furgoneta por la calle Barcelona de Zaragoza. El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón seguía sus pasos, después de que la víctima de los disparos saliera de la uci del hospital universitario Miguel Servet de la capital aragonesa. Aunque iba encapuchado, el agredido reconoció que el autor podía ser el ahora detenido

ATAR CABOS

Los agentes llegaron a él tras atar varios cabos, puesto que en diferentes comisarías de la ciudad y en diferentes juzgados se estaban investigando varios sucesos ocurridos todos ellos en el hospital Royo Villanova, el mismo que el de la víctima del tiroteo.

La primera pesquisa fue el sabotaje del sistema eléctrico que provocó un corte del suministro. Fue el 17 de marzo, tres días después del decreto de estado de alarma activado por el Gobierno de España.

La desconexión afectó a buena parte del centro, especialmente a la zona de aislamiento de pacientes afectados de coronavirus que se encuentran en estado grave y necesitan respiradores. Aquella noche se encontraban ingresadas tres personas.

Por suerte, no estuvieron mucho tiempo desprovistos de su única conexión a la vida puesto que los grupos electrógenos de emergencia se activaron en unos 30 segundos. No obstante, los sanitarios tuvieron que atender a los ingresados de forma urgente porque les faltaba el aire.

Una actuación que se realizó de forma tan rápida que el personal sanitario que estaba en la planta en ese momento no tuvo tiempo de ponerse los equipos de protección individual (EPI) necesarios, por lo que pudieron estar expuestos al virus.

Momento del arresto de esta persona en la calle Barcelona.

Para realizar dicha desconexión es necesario acceder a un cuarto independiente al que solo se puede acceder con llave al encontrarse siempre cerrado. Una empleada explicó en su denuncia en la comisaría Actur de la Policía que sospechaba de una persona que sabía como acceder a través de una llave, que podría haberse hecho una copia. Añadió que ese hombre podría ser el mismo que le acosa y sobre el que tiene solicitada una orden de alejamiento. Es más, está a la espera de una sentencia por unas amenazas de muerte por las que fue juzgado A. P. G.

Pero no es el único hecho delictivo que se le imputa a esta persona, sino que también fue denunciado los daños causados en el vehículo de la jefa de Servicio de Personal del Sector I del Servicio Aragonés de Salud, ocurrido el 30 de marzo.

La tentativa de homicidio al jefe de mantenimiento del Salud se produjo el pasado 6 de abril y antes de ayer fue arrestado. Iba a bordo de una furgoneta con una importante cantidad de material fitosanitario que hizo que los Tedax, los especialistas en explosivos de la Policía Nacional, revisaran los componentes por si el sospechoso tuviera en mente algún otro tipo de acción más grave.

Homicidios unió todos estos hechos a los visionados de las cámaras de seguridad de los alrededores de la calle Mainar que le identificaron, a pesar de que guardó todas las medidas necesarias de seguridad hasta el punto de ir vestido todo de negro, con la cara tapada y empleando hasta varios vehículos en su huída.

DESPIDO Y AMENAZAS

El 13 de noviembre del 2019 fue despedido A. P. G. como técnico de mantenimiento en el hospital Royo Villanova de la capital aragonesa. En el momento en el que se lo comunicaron, esta persona, supuestamente, se puso muy violenta saliendo incluso del despacho dando varios portazos.

Todo ello llevó el miércoles a la Policía a realizar el arresto de esta persona y a realizar el registro previa autorización judicial de su vivienda. No fue la única propiedad que revisaron porque ayer hicieron lo mismo en dos casas que la familia tiene en las localidades zaragozanas de Morata de Jalón y Arándiga.

Según pudo saber EL PERIÓDICO, en una de las viviendas encontraron una nota manuscrita en la que se señalaban los horarios de entrada y salidas de la víctima del tiroteo a la salida de su garaje en la calle Mainar, en el zaragozano barrio Jesús. Esta actitud hace pensar que hubo una investigación de movimientos de la víctima y, por lo tanto, una planificación.

El sospechoso pegó tres tiros en el pecho a la víctima a las 07.15 horas, momento en el que salía de su vivienda de camino al trabajo. Una persona que iba vestida de negra se antepuso en su camino para evitar que arrancara, se acercó a la vivienda y le disparó tras una breve discusión. Empleó una bicicleta para evitar que el herido pudiera ir detrás de él.

El herido quedó tendido en el suelo hasta que fue asistido por la UVI de Bomberos de Zaragoza que le trasladó al hospital, donde tuvo que ser operado de urgencia e ingresado en la unidad de cuidados intensivos donde evolucionó favorablemente.

CAMBIÓ MATRÍCULAS

Los investigadores de la Policía Nacional descubrieron que la actuación de A. P. G. para evitar ser identificado y detenido fue la de todo un profesional. Llegó a cambiar las matrículas de su vehículo para conseguirlo. Llegaron a la conclusión después del visionado de unas cámaras de seguridad de una gasolinera en la que paró a repostar gasolina. Los agentes pudieron comprobar que la placa del Peugeot Parner de color gris no se correspondía con ese vehículo sino con un Citroën Xsara, cuyo vehículo se encontraba dado de baja en los registros de la Dirección General de Tráfico. Esto hace pensar a los agentes que llevaría una matrícula doblada o falsa por lo que la Policía Nacional ha abierto una investigación paralela.