Agentes de policía han detenido en Huesca a un hombre de 67 años como presunto responsable de una estafa a establecimientos comerciales consistente en la sustitución de los códigos de barras de productos para obtenerlos a un precio muy por debajo de su valor.

Según ha informado hoy el Cuerpo Nacional de Policía, el sospechoso recorría en su furgoneta localidades de Aragón, Levante y Cataluña y operaba en establecimientos con una gran actividad para perpetrar sus fraudes.

En sus trayectos, el detenido realizaba pequeñas estafas de forma continua que le reportaban unos beneficios medios de 200 a 300 euros, principalmente con distintos tipos de bebidas.

Al parecer, el presunto estafador aprovechaba momentos punta de venta en los comercios que elegía para colocar en paquetes códigos de barra correspondientes a una sola unidad del mismo producto.

Una vez en línea de caja, el presunto estafador entregaba al empleado el paquete con el código falsificado y comunicaba que llevaba en su carro de compra otros más del mismo producto

Así, en lugar de tener que hacer frente a un coste real de 10 a 12 euros por un paquete de cuatro bebidas energéticas, abonaba entre 2 o 3 euros.

Según las fuentes citadas, si el empleado no estaba atento o no recordaba el precio total del paquete, el presunto estafador conseguía sus propósitos.

En los casos en que su engaño era advertido por el empleado, el detenido simulaba tener prisa y desaparecía con rapidez del establecimiento.

En el momento de su detención, el pasado 10 de abril en un comercio de Huesca, el sospechoso había presentado en caja un paquete de bebidas energéticas con el código de barras falsificado, y pretendía sacar otros 140, operación que le hubiera reportado 389 euros de beneficios.

Alertados por casos similares ya ocurridos en la provincia altoaragonesa, los empleados retuvieron al sospechoso y alertaron a la policía del intento de estafa.

Los investigadores pudieron determinar que el sospechoso había conseguido perpetrar su estafa en establecimientos de Fraga, Huesca, Barbastro y Zaragoza, y que recorría, además, en su furgoneta, donde hacía su vida cotidiana, otras zonas de Levante y Cataluña.

Constaron, además, que en los últimos tres meses el estafador había alquilado una treintena de furgonetas, que las bebidas eran su principal objetivo y que aparentaba ser hostelero de profesión.

Tras prestar declaración por estos hechos en el juzgado de guardia de la capital altoaragonesa, el sospechoso fue puesto en libertad con cargos.