El zaragozano detenido por la Guardia Civil, después de que su expareja le denunciara por tenerla secuestrada durante dos días en Luceni y tratar de matarla en un accidente de tráfico, acaba de presentar en el juzgado unos videos que desmentirían que hubiera sido retenida.

Ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Zaragoza, este hombre, J. L. C. M., ha entregado las grabaciones de las cámaras de seguridad de un restaurante de Pedrola en el que ambos acudieron a cenar. Una cita que, tal y como aparece, tuvo lugar durante los días en los que habría sido encerrada en una vivienda en contra de su voluntad. En las imágenes se observa cómo ambos mantienen una conversación distendida, incluso interactúan con otro cliente del bar y con un camarero. Pero no solo ofrece estas imágenes, sino que también solicita que el propietario del establecimiento preste declaración en calidad de testigo.

Asimismo, ha entregado a la magistrada instructora las conversaciones de Whatsapp mantenidas entre ambos los días en los que estuvo supuestamente la mujer estuvo retenida en contra de su voluntad. De esta forma también quiere demostrar que no le quitó el móvil en ningún momento durante la estancia en su casa.

J. L. C. M. fue arrestado a finales del pasado mes de enero como supuesto autor de un delito de secuestro, dos de homicidio en grado de tentativa y por conducción temeraria. La denuncia la interpuso su expareja, después de que tratara de matarla cuando huía de este en un coche.

Una acción que, casualmente, fue grabada por un guardia civil que se encontraba fuera de servicio y que circulaba en ese momento por la carretera. En dicho video se observa, tal y como se señala en el atestado, que el conductor del vehículo embestido tiene que dejar de respetar la línea continua para evadirse del que le está persiguiendo. Llegó en un momento a obligar a otro turismo que iba de frente a maniobrar para evitar una colisión.

Consiguieron escaparse y acudir a la Policía Nacional, donde identificaron al autor de esa persecución y de las diferentes colisiones para tratar de sacarles de la vía.

Ante los agentes explicó que J. L. C. M. se llevó su móvil, además de romper otros terminales que había en la vivienda. De esta manera quiso mantenerla incomunicada. Pudo pedir auxilio a un amigo, gracias a que encontró el del hijo menor del sospechoso y se metió a Facebook para solicitarlo. Esta mujer reconoció que no había interpuesto anteriormente ninguna denuncia ni por estos supuestos raptos, ni por el maltrato físico y psíquico que calificó de «constante». H