En el argot policial se les conoce como indicativo K y son aquellos agentes de Seguridad Ciudadana que realizan vigilancias en el marco de una operación pasando totalmente desapercibidos. Se camuflan de tal manera que uno de estos policías detuvo el pasado domingo a un traficante de drogas que le confundió con un comprador.

El agente de paisano estaba en la zaragozana plaza de Mariano de Cavia, junto a Las Armas. Eran las 19.30 horas. En un banco estaba un joven de unos 30 años liándose un porro de marihuana cuando el policía decidió acercarse, haciéndose pasar por un viandante más.

Se puso a su lado y J. C. M. L. no dudó en ofrecerle la droga que iba a consumir, sino también el resto de sustancias estupefacientes que guardaba en los bolsillos. No se esperaba que ese otro joven que se había acercado era un policía hasta que este le sacó la placa identificativa.

Inmediatamente se trasladó hasta allí el otro miembro del indicativo que procedió al cacheo. Entre sus prendas hallaron 2,4 gramos de cristal, 1,3 gramos de cocaína blanca, 9,3 gramos de cocaína rosa y 45 euros en billetes fraccionados. Por todo, fue detenido e imputado por un delito contra la salud pública.

Así se saldó uno de los muchos dispositivos policiales desplegados por la capital aragonesa para combatir el tráfico de drogas en la vía pública.

Ese mismo fin de semana, pero en Monzón, la Guardia Civil arrestó a un joven de 28 años como autor de un presunto delito de tráfico de drogas, tras localizarle entre su ropa 107 gramos de cocaína. Tras la entrega de las diligencias en el juzgado de guardia, el magistrado decretó la libertad con cargos para el vecino de Lérida.

Fue en un punto de verificación y control de vehículos. En el interior de uno de los turismos iba el arrestado, acompañado de otros dos personas más. Llevaba una pastilla circular de unos ocho centímetros de diámetro que dio positivo en el drogatest.