Los dos hombres que fueron detenidos en relación con el acuchillamiento de un tercero en la calle Boggiero del zaragozano barrio de San Pablo, ya llevan un tiempo en libertad provisional. Después de que los forenses dictaminaran que las cinco puñaladas que recibio la víctima, J. B., de 35 años, no eran mortales de necesidad, al no revestir tanta gravedad como aparentaban pese a dirigirse algunas al cuello, el juez instructor decidió excarcelarles, con medidas cautelares para asegurar que no se den a la fuga. En principio, y tras el análisis forense preliminar, el futuro juicio se encamina más hacia unas lesiones con instrumento peligroso que hacia el intento de homicidio por el que fueron detenidos.

Los dos hombres, V. G., de 41 años y M. M., de 43, declararon ya ante el juez instructor, asistido este último por la letrada Sonia Lobera. En su declaración se culparon mutuamente del acuchillamiento, efectuado con un cuchillo de cocina, pero no se extendieron mucho en los motivos de la riña. Tampoco lo hizo la víctima durante su declaración judicial, que pudo prestar tras ser atendido por sus lesiones. En principio, presentaba problemas de movilidad en el cuello como consecuencia de las cuchilladas recibidas.

POSIBLE DEUDA

A falta de tener confirmación de primera mano de los motivos de la trifulca, los agentes del Grupo de Homicidios que investigaron el caso sospechaban que se trataba de un ajuste de cuentas por algún trapicheo de cocaína, mientras otras fuentes lo achababan a una deuda de juego.

Sea como fuere, independientemente de los motivos, la agresión se produjo la noche del 22 de abril, dentro de un inmueble del número 71 de la calle Boggiero. La casa donde en teoría residía la víctima, aunque otros vecinos del edificio afirmaban a la mañana siguiente que no vivía allí.

En cualquier caso, los tres hombres discutieron y alguno de los dos detenidos acabó acuchillando repetidamente, hasta en cinco ocasiones, a la víctima. Esta salió ensangrentada a la calle, donde algún vecino pudo pedir ayuda, y la rápida intervención policial permitió arrestar en las inmediaciones del lugar a V. G., como presunto autor material del acuchillamiento.

El segundo implicado fue más complicado de detener, ya que había huído a pie hasta su casa, ubicada en la calle Cinegio del Tubo. Allí se atrincheró, y para lograr que saliera se montó un amplio operativo policial, con GOES incluidos, que sorprendió al vecindario.

Un negociador de la Policía Nacional estuvo un tiempo intentando convencerle de que se entregase, pero M. M. optó finalmente por intentar huir por la ventana, cayendo al patio interior que colinda con la iglesia de San Gil y lesionándose un pie. Tuvo que ser rescatado por los Bomberos de Zaragoza, usando técnicas de escalada para remontar la pared, y fue trasladado al hospital para ser intervenido quirúrgicamente. De allí fue al juzgado y a prisión, pero hace unas semanas que está libre.